El crítico cuadro de situación que enfrentan miles de santafecinos radicados en los barrios bajos del oeste de esa capital, donde la inundación por el desborde del río Salado en mayo dejó más de 150.000 evacuados, volvió vital la preocupación por el marcado deterioro del cuadro sanitario.
Esta crisis sin precedentes, elevó los índices de hepatitis, leptospirosis, varicela y diarreas -sobre todo- en la población infantil.
Fue por eso que el Estado de Israel decidió prestar su colaboración con el gobierno provincial, que por su parte lanzó un plan para enfrentar la emergencia, en el que se destacan obras de infraestructura y un mayor compromiso de asistencia a los damnificados.