«Queremos una resistencia pautada y organizada», dijo el vocero del gobierno palestino. Y agregó que Hamas trataría de controlar los ataques negociando con facciones insurgentes.
Un alto oficial de seguridad de Israel confirmó que Hamas estaba tratando de controlar la violencia en sus tierras.
Hamas no ha respaldado actos de violencia desde que ganó las elecciones parlamentarias en enero, prometiendo controlar la corrupción y mejorar los servicios públicos. También habló de proponer una tregua de un año a Israel, pero no está claro si otras facciones palestinas la respetarían. La Yihad Islámica, por ejemplo, ya afirmó que continuará con sus ataques.
Un alto oficial palestino de seguridad detalló que aunque Hamas no ha propuesto un cese formal del fuego, está dando señales de que lo desea.
La negativa formal de Hamas a renunciar a la violencia ya le está causando un aislamiento financiero internacional. La crisis económica del gobierno palestino es tal que desde, el 1 de abril, los 140.000 empleados públicos no han percibido sus salarios.
Israel, por su parte, sostiene que el gobierno de Hamas es una «entidad hostil», canceló todo contacto con él y bloqueó la transferencia de 55 millones de dólares por concepto de impuestos que recauda para la Autoridad Palestina.
Ghazi Hamad, vocero del gobierno palestino, calificó la medida como un intento de matar de hambre a los palestinos. «Se está castigando al pueblo palestino por haber tomado una decisión democrática (de elegir a Hamas), lo que creará mayor tensión e inestabilidad en la región».