Israel:

Sharón será declarado incapaz permanente

La decisión del Gobierno israelí de declarar oficialmente la incapacidad permanente del hasta hoy Primer Ministro Ariel Sharón, marca la "muerte política" de uno de los hombres que más han dominado la política israelí desde la creación del Estado.

Sharón nació el 27 de febrero de 1928 en Kfar Malal (15 kilómetros al norte de Tel Aviv), cuando Palestina era aún una colonia británica. Hijo de emigrantes rusos, su verdadero nombre es Ariel Shinerman. Educado bajo la influencia de los movimientos sionistas, con sólo 14 años se unió a las filas de la organización militar Haganá. Participó en la Guerra de la Independencia israelí de 1948-1949, y al comienzo de los años ´50, entró a formar parte del servicio de inteligencia del Ejército.
En ese periodo, al frente de la llamada Unidad 101, dirigió numerosas operaciones de castigo, como en 1953, cuando atacó el campo de refugiados de El Bureig, en el sur de Gaza (cerca de 50 muertos), y la aldea jordana de Qibya (69 civiles muertos). Tras alcanzar el rango de general de brigada, Sharón participó en la Guerra de los Seis Días (junio de 1967), en la que Israel ocupó Jerusalem Este (en manos jordanas) Cisjordania y la Franja de Gaza.
En 1973 emprendió su larga carrera política, lo que no le impidió aportar su experiencia militar en la Guerra del Yom Kippur que tuvo lugar en octubre de ese mismo año. En 1973 ingresó en el partido Gahal, una rama del Likud, y fue elegido diputado del Parlamento (‘Knesset’), pero dimitió de su escaño al año siguiente para dirigir la Consejería de Seguridad en el Gobierno de Rabin.
En 1976 creó el partido Shlomzion, que al año siguiente consiguió dos escaños en la ‘Knesset’, uno de ellos para el propio Sharón. En esta época se produjo la unificación de los partidos Shlomzion y Herut y entró a formar parte del Gobierno con el respaldo del Likud.
Luego de ejercer la cartera de Agricultura pasó a encabezar el Ministerio de Defensa. Desde este cargo, Sharón planificó la demoledora invasión a El Líbano de 1982, cuando, sin consultarlo siquiera con el entonces Primer Ministro Menajem Begin, envió al Ejército contra las bases de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Beirut.
La invasión se saldó con la muerte de cerca de 20.000 palestinos y libaneses, más de 1.000 soldados israelíes, y fue el detonante de la matanza de 2.000 refugiados palestinos en los campos de Sabra y Chatila, perpetrada el 18 de septiembre de 1982 por las Falanges cristianas libanesas que contaban con el apoyo de Sharón, quien fue cesanteado, en febrero de 1983, después que una comisión investigadora (Comisión Kahan) lo encontrara responsable directo de la masacre.
Este hecho, que hubiera podido acabar con su carrera política, sirvió para convertirlo en el héroe de la extrema derecha israelí. Lo cierto es que la invasión supuso una clara victoria militar y política para Sharón, ya que puso fin a la utilización de El Líbano como base de operaciones de la OLP y condujo a la expulsión de Beirut del histórico de Yasser Arafat.
Tras ejercer como ministro de Comercio e Industria bajo la presidencia del laborista Shimon Peres, a principios de los años noventa fue designado ministro de Vivienda con Isaac Shamir, del Likud. Desde este Ministerio, Sharón dirigió la mayor construcción de viviendas en los asentamientos judíos en Cisjordania y Franja de Gaza desde la ocupación de ambos territorios en 1967.
Con su correligionario Benjamín Netanyahu, en 1996, Sharón pasó a desempeñar la cartera de Infraestructura Nacional y, en 1998, de Asuntos Exteriores.
Para Netanyahu, Sharón -quien en 1991 se había opuesto a la participación de Israel en la conferencia de paz de Madrid y en 1993 votó en la ‘Knesset’ en contra del acuerdo de paz de Oslo- era el «mejor candidato» posible para el puesto. Como jefe de la diplomacia, Sharón mantuvo estrechos contactos con los líderes norteamericanos, europeos, palestinos y árabes con el propósito de lograr avances en el conflicto.
La estrepitosa derrota electoral de Netanyahu en 1999 colocó a Sharon al frente del Likud. Desde entonces, su actuación política se caracterizó por una provocación calculada. Tras el fracaso de las conversaciones de Camp David en 2000, el viejo dirigente lanzó sus dardos contra el entonces premier laborista Ehud Barak, a quien acusó de querer vender Jerusalem a cambio de un acuerdo de paz.
Consciente de que tendría violentas consecuencias, Sharón visitó en septiembre de 2000 -con una escolta militar aprobada por Barak- el Monte del Templo o la Explanada de las Mezquitas en Jerusalen, en pleno aniversario de la matanza de Sabra y Chatila.
Los primeros incidentes causados por esta visita derivaron en la llamada Intifada de Al Aqsa, una amplia revuelta palestina que contribuyó a relanzar aún más a Sharón como referente de la derecha israelí. Tras arrasar en las elecciones al frente del Likud, fue elegido primer ministro el 6 de febrero de 2001.
En este periodo, de una extraordinaria violencia (más de 4.500 muertos en 4 años, en su inmensa mayoría palestinos), Sharón se quitó definitivamente de en medio al por entonces presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, al que confinó en su cuartel general de Ramallah (Cisjordania) desde diciembre de 2001 hasta su fallecimiento en noviembre de 2004.
También agravó la tensión con la construcción de un muro de separación en Cisjordania (que ha aislado a 21 aldeas y a casi 500.000 palestinos), con nuevos planes de asentamientos y con un incremento espectacular de las acciones violentas contra los palestinos. Sólo en 2005, según la organización de Derechos Humanos israelí B’Tselem, 197 palestinos (incluidos 54 niños) murieron a manos del Ejército, 118 de ellos sin que mediaran enfrentamientos armados.
En uno de sus inesperados movimientos estratégicos, Sharón consiguió -en febrero de 2005- que el Gobierno aprobase su plan de retirada unilateral de los asentamientos judíos de la Franja de Gaza y del norte de Cisjordania. La desconexión fue llevada a cabo a mediados de agosto de ese año. Sharón calificó el proceso de «difícil» pero «esencial para el futuro del Estado de Israel», ya que podría ayudar a revitalizar el último plan internacional de paz, la llamada ‘Hoja de Ruta’, y a atraer más apoyo de Estados Unidos.
El plan de «desconexión» lo enfrentó a sus viejos partidarios, tanto al sector más conservador del Likud como a los propios colonos judíos de Gaza y a los partidos ultraortodoxos. Por ello, y en medio de la polémica, Sharón volvió a sorprender a todos el pasado mes de octubre, cuando anunció su retirada oficial del Likud para liderar una nueva agrupación política, Kadima (‘Adelante’), a la que se unieron el ministro de Defensa, Saúl Mofaz, y el veterano líder laborista Shimon Peres.
En pleno marasmo político, Ariel Sharón sufrió un infarto cerebral el pasado 4 de enero que lo dejó en estado de coma. La salida de la escena política de Sharón provocó una gran conmoción entre los israelíes ya que se esperaba que continuara por tercera vez consecutiva como Primer Ministro.
El pasado 28 de marzo, el Primer Ministro interino Ehud Olmert ganó las elecciones legislativas al frente de Kadima, aunque por menos diferencia de la esperada cuando Sharón lideraba el partido.
En la primera semana de abril, el Presidente Moshé Katzav encargó a Ehud Olmert la formación de un nuevo gobierno. El gran objetivo del ‘delfín’ de Sharón es conseguir un gobierno de coalición que le permita llevar a cabo su plan de retirada de gran parte de Cisjordania y trazar las fronteras definitivas de Israel en 2010.