Irán vs. El resto del mundo:

Un grave déficit

Los dirigentes iraníes han decidido inundar el mundo de noticias relativas a su creciente capacidad de defensa. Como si su programa nuclear no generara suficientes preocupaciones, en los últimos días han aportado más información a este revuelo internacional:

Por GEES

Han hecho saber que:

1.Disponen de un nuevo misil, denominado Fajr-3, capaz de llevar varias cabezas y evitar la localización por radares. No sabemos si este misil no es otro que el esperado Shahab-4, capaz de trasportar tres cabezas y golpear a más de 2.000 kilómetros de distancia y cuyas pruebas, realizadas en el pasado mes de febrero, habían satisfecho a ingenieros y militares.

2.Tienen un nuevo torpedo, bautizado como Hoot, preparado para evadir radares y, sobre todo, que navega a una velocidad tan alta que no daría tiempo a reaccionar al enemigo.

3.Un nuevo misil tierra-agua, el Konsar, refuerza su arsenal.

4.También mejoran sus capacidades tierra-aire con el nuevo misil ligero Misaq.

5.En breve, y con la colaboración de Rusia, colocarán un nuevo satélite, de tecnología muy elemental pero capaz de proporcionar información militar a las Fuerzas Armadas iraníes, complementando el trabajo que viene realizando el otro satélite colocado en órbita en octubre.

Irán nos envía un mensaje bien claro: quieren acceder al estatuto de gran potencia; están en condiciones de golpear a países como Israel, Turquía, Arabia Saudita o Grecia y pueden bloquear el estrecho de Ormuz en caso de ser atacados. A este mensaje hay que añadir lo ya sabido: su capacidad de desatar una oleada de atentados terroristas, a través de su filial libanesa Hezbollah, y que en el plazo de uno o dos años su programa de misiles les permitirá golpear a 5.000 kilómetros de distancia.
Irán sabe lo que quiere y avanza según un programa establecido hace años.
Por lo menos, los europeos deberían considerar el desarrollo -urgente- de un sistema antimisiles conjunto, que les permitiera liberarse del chantaje de los misiles iraníes.
Durante años se ironizó con la «guerra de las galaxias» de Reagan y nada se hizo para protegerse. Desde entonces Estados Unidos e Israel han avanzado mucho en este terreno y, ahora, Japón y Turquía están adquiriendo sofisticados sistemas antimisiles, conscientes de la amenaza que para ellos supone China e Irán, respectivamente.