Después de las elecciones:

Mayoría judía para el «plan de consolidación»

El futuro Primer Ministro de Israel, Ehud Olmert, dedicó su campaña electoral a transmitir claramente el eje de su programa: fijar para el 2010 las fronteras permanentes de Israel mediante una negociación con Estados Unidos e imponer, unilateralmente, esta decisión a los palestinos. Esto implicaría evacuar algunos asentamientos en Cisjordania y anexionarse el resto, junto a la totalidad de Jerusalem como un claro, y de hecho así es nominado, “plan de consolidación”.

Por Alberto Mazor (Desde Israel)

Olmert declaró en varias ocasiones que las elecciones fueron un referendo sobre su «plan de consolidación» -concentrar la gran mayoría de la población judía de Cisjordania en grandes núcleos: Maalé Adumim, Gush Etzión, Ariel, etc. Reiteró, además, que el objetivo de Israel es establecer las fronteras para separarse de los palestinos.
El ‘Mapa de Rutas’ de Olmert , muy alejada en letra y en espíritu del fallido plan de paz internacional, se basa en la presunción de que no hay interlocutor palestino para negociar y establece dos etapas:
un debate interno entre los diferentes partidos israelíes para marcar cuáles son las líneas rojas que Israel nunca cederá y plantarse después en Washigton para diseñar definitivamente con la Casa Blanca un nuevo mapa de la zona que resulte aceptable para el resto de la comunidad internacional.
El objetivo del plan, según Olmert, es garantizar la existencia de un Estado judío con una mayoría judía y la separación de los palestinos.
Olmert, que confía en una gran receptividad de su plan en Estados Unidos y otros lugares, afirmó que las opciones son no hacer nada y embarcarse en una guerra sin fin, o encontrar una forma de separarse de los palestinos, luego de la victoria de Hamas.

Muro de contención

Para llevar a cabo su propósito, Olmert necesitaba una victoria lo más holgada posible, para poder negociar sin aprietos parlamentarios un gobierno de coalición estable.
Ese pronóstico no se dio el día de las elecciones, pero el recuento de los votos de los soldados y de los diplomáticos -que concedió una banca más a Kadima, Meretz y al Likud y redujo un mandato de partido ortodoxo sefaradí Shás y del partido del ultra Liberman- cambió la situación.
El nuevo resultado ayuda mucho a aclarar el panorama político ya que determina que existe una mayoría judía para el «plan de consolidación» -Kadima 29, Avodá 20, Jubilados 7, Meretz 5, sumando -en total 61 bancas-.
Esto implica que Olmert tiene en sus manos el «muro de contención» que necesitaba para poder llevar a cabo su plan y la posibilidad de ampliar aún más la mayoría gubernamental aislando a la derecha extremista.
Con todo, Olmert no la tiene fácil; dentro de Israel pesan las exigencias de una nueva política económica y de bienestar social; además, desde la Autoridad Nacional Palestina, el Primer Ministro Ismail Haniyeh aseguró que la retirada unilateral de Israel -de algunas colonias de Cisjordania- es inaceptable, y que los palestinos no admitirán que las fronteras que Israel decida, sean las del Estado palestino.

Mensajes

El resultado de las elecciones deja, al menos, dos mensajes claros:

1- Existe una gran mayoría que admite e impone el «plan de consolidación».

2- Esa mayoría eligió, también, un nuevo mapa político marcado por la falta de un liderazgo claro, la importancia de las políticas sociales, el rechazo a las políticas económicas ultraliberales y una marcada diferenciación entre derecha, izquierda y centro.