Mientras, los estudiantes en huelga interrumpieron, el pasado jueves 30 de marzo, el transporte ferroviario y automotor en toda Francia.
Unos 2.000 estudiantes paralizaron el servicio ferroviario durante más de dos horas en la Estación de Lyon.
Los manifestantes cruzaron durmientes de madera y otros objetos en las vías. La policía utilizó su material antidisturbios para desalojar finalmente a los manifestantes, que se dispersaron sin recurrir a la violencia al grito de «¡besos, no golpes!».
La policía utilizó gases lacrimógenos para desalojar de 300 a 400 estudiantes, que bloquearon las vías ferroviarias y el tránsito en la estación de Marsella, la segunda ciudad más importante de Francia.
Los estudiantes bloquearon igualmente o dificultaron el tránsito rodado durante la hora punta de la mañana, causando retenciones en las ciudades de Nantes, Rennes, Lille, Aix-en-Provence y otras pequeñas ciudades y poblados, además de bloquear la ruta principal que rodea París.
Las protestas, encabezadas por los estudiantes y respaldadas por los sindicatos, sumieron en una crisis al gobierno de Chirac, y la orden de derogarla habría sacado al gobierno del apuro. Pero, en lugar de ello, el consejo refrendó el apartado más polémico de la ley, el llamado contrato del primer empleo (CPE) que facilitará a la patronal el despido de los nuevos trabajadores menores de 26 años en los dos primeros de su desempeño en la empresa sin explicación o indemnización alguna.
El primer ministro Dominique de Villepin advirtió en repetidas ocasiones que está dispuesto a considerar posibles mejoras en la ley del primer contrato laboral pero no a retirarla.
Opinión Pública
Un sondeo de opinión realizado por la firma Ipsos para la cadena de televisión ‘LCI’ arrojó que el 62% de los franceses se oponen a la ley de Villepin, mientras que el 47% desea su completa derogación. Otro 45% quiere que se modifique.
Los legisladores del partido de Chirac dijeron que espera que promulgue la ley rápidamente, decisión que seguramente molestará a los manifestantes. Para apaciguarlos, Chirac podría brindarse a negociar con los sindicatos o designar un mediador, agregaron los legisladores.
El líder del Partido Socialista, Francois Hollande, pidió de inmediato a Chirac que no promulgue la ley y la devuelva al parlamento.
El Consejo
El Consejo Constitucional francés aprobó la Ley de Igualdad de Oportunidades sin ninguna reserva. En particular el artículo que articula el Contrato de Primer Empleo (CPE).
Sindicatos y organizaciones estudiantiles convocaron a una nueva jornada de huelgas y protestas.
El Consejo está presidido por Pierre Mazeaud, un amigo íntimo de Chirac. También son miembros de la institución personalidades de izquierda (Pierre Joxe), centro (Simone Veil) e independientes (Dominique Schnapper, hija de Raymond Aron). Su sentencia inapelable inclina la balanza definitivamente a favor de los partidarios de la promulgación rápida del CPE.
Antes de la aprobación por el Consejo Constitucional, los sindicatos habían anunciado su renuncia a cualquier diálogo con Dominique de Villepin si no se retiraba el CPE. ¿Aceptarán ahora alguna forma de diálogo, si el polémico contrato entra en vigor antes de comenzar a negociar?
El Contrato de Primer Empleo
El Contrato de Primer Empleo (CPE) pretende reducir los derechos de los trabajadores menores de 26 para intentar fomentar el empleo en este sector de la población.
El Gobierno conservador de Villepin está decidido a ponerlo en marcha, pese a las crecientes protestas de los sindicatos y los estudiantes.
Esta batalla social se entiende desde las siguientes cinco claves:
· El proyecto de ley permite a los empresarios despedir a los nuevos trabajadores menores de 26 años sin justificación durante los dos primeros años después de la contratación. Los empleados que permanezcan en la empresa después de esos dos primeros años cambiarán a un contrato de larga duración, que incluye restricciones mucho más severas para el despido. Los jóvenes que sean despedidos durante sus dos primeros años en la empresa recibirán un 8% del salario ganado desde que se produjo la contratación. El proyecto también obliga a las empresas a pagar un 2% adicional, que será destinado a las organizaciones encargadas de ayudar a los parados a encontrar empleo.
· De esta forma, el CPE elimina la protección al trabajador que propician los actuales contratos de larga duración conocidos como CDI (contrato de duración indeterminada), los cuales contemplan un periodo de prueba de máximo seis meses, después del cual las empresas deben justificar detalladamente cualquier despido. Con esta modalidad los trabajadores tienen además derecho a recurrir el despido y a obtener compensaciones.
· En contra de la práctica habitual, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, no consultó a los sindicatos antes de introducir el proyecto de ley del CPE en la Asamblea Nacional. Además recurrió a una cláusula especial en el procedimiento de la Cámara legislativa para tramitarlo sin debate parlamentario.
· La ley todavía no ha entrado en vigor ya que el presidente de la República, Jacques Chirac, no la ha firmado y, en consecuencia, no ha sido publicada aún en el Boletín Oficial. El retraso también se ha debido a que los diputados de la oposición han presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional francés para que se pronuncie sobre la legalidad del texto.