Francia:

Masivo ‘No’ a la flexibilización

Dos millones de franceses se manifestaron, el pasado 28 de marzo, contra los intentos de aplicar el controvertido Contrato de Primer Empleo (CPE), el cual aumenta la precariedad laboral de los jóvenes menores de 26 años.

Sólo en París, unas 700.000 personas marcharon por las calles céntricas para protestar contra el CPE, el cual permite a los empresarios despedir a los trabajadores de hasta 26 años, sin justificación ni compensaciones, en los primeros dos años de trabajo.
En más de 70 ciudades se organizaron 135 reuniones de protesta, convocadas por 11 centrales sindicales y organizaciones juveniles que entraron en la octava semana de enfrentamiento con el gabinete centroderechista francés.
Las manifestaciones coincidieron con la convocatoria de huelga nacional, acatada por al menos 42% de los profesores de las escuelas, en tanto 67 de 84 universidades continúan paralizadas o bloqueadas, así como unos 300 planteles de enseñanza media.
Poco menos de un tercio de los trabajadores ferroviarios se unieron al llamado de huelga y 15% en el servicio de correo.
La central sindical CGT, la mayor de este estado europeo, anunció que en las demostraciones participarían cerca de tres millones de personas, mucho más que en las anteriores jornadas de protesta general, realizadas el 7 y 18 de este mes.
Así, en la occidental ciudad de Nantes, entre 42.000 y 70.000 personas manifestaron su protesta, la mayor registrada en esa zona en la última década, mientras que en Marsella se lanzaron a las calles cerca de 250.000 personas.
Para reprimir las demostraciones y con el pretexto de garantizar el orden público ante el temor de actos vandálicos por grupos radicales, las autoridades movilizaron a unos cuatro mil policías.
Las medidas propuestas en enero pasado por De Villepin cuentan con el rechazo de casi dos tercios de la población, en tanto 83% de los encuestados en un sondeo para el diario Le Monde exigen al presidente Jacques Chirac intervenir en la crisis.
Chirac, quien mantiene completo mutismo sobre sus aspiraciones electorales para las presidenciales del 2007, observa, sin embargo, como el Primer Ministro y el titular del Interior Nicolas Sarkozy muestran en público sus ambiciones políticas.
Sarkozy ya inició su campaña electoral y parece aprovechar el conflicto con los gremios y los estudiantes para tomar ventaja sobre al jefe de Gobierno, quien también aspira a presentarse como candidato de la centroderecha en los comicios del venidero año.
El titular del Interior considera posible ciertas modificaciones del CPE, en tanto el Primer Ministro se mantiene intransigente.
De Villepin fue criticado en el Parlamento de la centrista Unión Democrática Francesa (UDF), aliada ocasional de la gubernamental Unión para un Movimiento Popular (UMP), presidida por Sarkozy.
La bancada en pleno de la UDF abandonó la sede del legislativo en protesta por la negativa del Primer Ministro de responder a inquietudes de esa organización y de la oposición de izquierda, para solo concentrarse en ofrecer aclaraciones a la UMP.