Los dos principales rivales políticos de Olmert dedicaron el fin de sus campañas a criticarlo a él y a su plan de evacuación.
Olmert califica el retiro de Cisjordania como de “consolidación” de la plataforma de Kadima.
Ni Olmert, Peretz o Netanyahu se han esforzado demasiado en la captación de votos entre los 220.000 colonos que aún quedan en los territorios ocupados.
Los colonos tienen más temor a sus líderes que al Gobierno palestino de Hamas. Les inquietan los políticos israelíes porque temen que les quiten sus tierras ocupadas.
El único voto seguro de los colonos está en el sobre de los ultraortodoxos, seguidores a ciegas de los preceptos rabínicos. La amenaza de que irán al infierno si apoyan a Kadima les llevará derechito a las urnas.