A 30 años del Golpe:

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En memoria de los que están presentes con su ausencia; en recordación de aquellos con los que sientan identificadas estas líneas, en honor a los que dieron todo por un sueño... allá va esta poesía. La primera de nuestra colaboradora:

Por Laura Kitzis

Habías leído “Mis Gloriosos Hermanos” en esa edición de La Pléyade, negra y naranja de 1969…
Y siempre que leías la dedicatoria: “A todos los hombres judíos y gentiles, que dieron la vida en la antigua e inacabada lucha por la libertad y la dignidad humanas.”
Siempre que leías esa dedicatoria…
te daban ganas de llorar.
Tal vez esa, fue la diferencia entre vos y los otros:
los otros lloraban solamente la primera vez.
¿Te contaron las luchas de tu pueblo?
A lo mejor no.
Sin embargo cuando escuchaste: “vamos a cambiar el mundo y en el proceso vamos a cambiarnos a nosotros mismos”
Algo titiló en vos, un recuerdo…un viento del pasado…
alguien ya había dicho eso, en una aldea en Rusia o en Polonia. Y se fue al desierto.
Vos no, vos no te fuiste, lo tuyo era acá…
Te recuerdo en la Facultad.
En las asambleas.
En las marchas.
En el bar.
Te extrañamos tanto, nos hacés tanta falta…
todos ustedes…
Te cuento que cambiaron muchas cosas:
Cerró el Italpark.
Los boletos de colores del colectivo no existen más.
Las banderitas de los taxis tampoco.
La colimba tampoco.
El muro tampoco (es una historia complicada, te la debo).
Siguen existiendo las villas miseria, los chicos que duermen en la calle, la desocupación la pobreza, el dolor, el hambre.
No reconocerías la ciudad…
no reconocerías al pueblo peronista
(es una historia más complicada que la del muro, te la debo también)
No reconocerías a tu vieja.
Si supieras…
Vos pensabas que solamente sabía cocinar varénikes
Si supieras…
Bueno, nada más, que se te extraña.
Que eras muy linda.
Que eras muy buena.
Que eras muy valiente.
Que eras muy joven.
Y que tu Nombre es bendito
Y bendito es tu Reino (el de la utopía)
Hasta la victoria siempre…
Le Olam vaed.