Argentina:

Destituyeron al Jefe de Gobierno de Buenos Aires

Luego de que la Sala Juzgadora de la Legislatura de Buenos Aires anunciara la destitución de Aníbal Ibarra como jefe de Gobierno porteño -en la tarde del 7 de marzo-, éste informó que “vamos a ir a la justicia y sobretodo vamos a ir hacia la gente”, señaló. Ibarra había puesto en juego su puesto al ser considerado como el máximo responsable de la tragedia de la discoteca Cromañón, en la que murieron unos 194 jóvenes en las vísperas de fines del 2004. La decisión de la Sala Juzgadora de la Legislatura capitalina, favorable a la acusación contra el ahora ex jefe de Gobierno, copó los titulares y la agenda de los diarios argentinos con títulos catástrofe.

Ibarra, denunció a los “micro emprendimientos de la política que llegaron allí de distintas formas y que respetan a la voluntad popular cuando les conviene” y aclaró que “en un estado de derecho uno tiene que respetarla siempre”.
“Este debate nos hizo ver las cosas que no queremos” prosiguió el destituido jefe de Gobierno, y aseguró que “no” tiene “ningún espíritu de temor ni de resentimiento” sobre la decisión de la Sala Juzgadora.
Ibarra aseguró que no bajará “los brazos porque esto no termina hoy ni termina aquí” ya que “el compromiso con la gente en la Ciudad de Buenos Aires sigue inalterable”.
“Vamos a seguir trabajando juntos desde el lugar que sea, no nos vamos a ir a nuestras casas porque nuestro compromiso es sincero», dijo.
También aseguró que “más allá de lo que haya ocurrido en la legislatura, respetamos el punto de vista institucional” pero “vamos a seguir con nuestros ideales y vamos a ir a la justicia”. Lo “fundamental es seguir trabajando para esa gente que entendió desde el sentido común que esto era un manoseo político”.
Ibarra tuvo también palabras para con los padres de las víctimas de Cromañón: “yo no se si algunos podrán estar más tranquilos o no con esto. Nadie ni nada va a devolvernos la vida que se perdieron. Pero perdimos en el acercamiento a la verdad y a la justicia”.

Los medios

Las ediciones del día después están copadas con una profusa cobertura del proceso legislativo de destitución de Aníbal Ibarra.

Clarín dedica ocho páginas al tema y es el que más subraya que el Gobierno buscó “tomar distancia” del asunto. Su editor general, Ricardo Kirschbaum, apunta con dureza contra un juicio teñido del “indisimulable intento de cobrar cuentas políticas”. Eduardo van der Kooy señala que la “soledad política” condenó a Ibarra.
Clarín fue coherente: defendió a Ibarra tanto desde su cobertura informativa como desde sus propios editoriales. En 2005, al menos editó cinco editoriales al respecto. El más claro fue el publicado el 16 de noviembre de ese año cuando afirmaron que “el juzgamiento político es un instrumento previsto en la Constitución de la Ciudad, por lo cual su utilización es perfectamente legítima. Sin embargo, la decisión de un grupo de legisladores de segmentos contrapuestos, de apelar a esa instancia estuvo revestida, desde el comienzo, de un fuerte y cuestionable sentido político. Todo indica que su intención básica no era contribuir al esclarecimiento de los hechos que desencadenaron la tragedia de Cromañón ni de las responsabilidades involucradas en los mismos, sino crear un vacío institucional para obtener réditos políticos”.

La Nación fue el diario que estuvo más cerca de predecir el resultado obtenido en la sala juzgadora. Desarrolló un despliegue de cuatro páginas tamaño sábana más una cabeza de página impar y su editorial. El columnista Joaquín Morales Solá señala la “pálida gestión” del destituido y su incapacidad para enhebrar “mínimas alianzas” políticas.
La cobertura de La Nación fue equilibrada. El 16 de noviembre publicó un editorial, aunque con distinto enfoque al que ese mismo día escribió Clarín, en relación a la decisión de la Legislatura porteña de iniciarle juicio político a Ibarra. El matutino señaló que “esta vez, al menos, las instituciones han funcionado tal como lo determina la ley y sería muy positivo que lo por venir no torciese en modo alguno este rumbo ejemplar”.
En otro párrafo, añadió que, “así y todo, no se podrá recuperar casi un año perdido para dar este paso en busca del esclarecimiento de las responsabilidades políticas por la tragedia de Cromañón”. Y luego, fue directo contra el ahora ex jefe de Gobierno porteño: “El tiempo transcurrido entre aquella catástrofe y el inequívoco veredicto legislativo, se escurrió a través de los subterfugios y las renuencias a las cuales se prestó Ibarra”. Habló de designaciones basadas en “amiguismo” o en “afinidad política”.

Página/12 se anota entre los diarios que expresan su “sorpresa” por la resolución del juicio. Mario Wainfeld, que había expresado su posición contraria a la destitución de Ibarra, reconoce -en su edición del día siguiente a la destitución- que la diversidad de opiniones de los 10 votos que bajaron el pulgar y el “decoroso trámite” de la sesión de ayer “desbaratan el argumento del golpe institucional”.

La Prensa se extiende a lo largo de 5 páginas y destaca la reiteración de que “se consumó el golpe institucional”; según la opinión del ex jefe de Gobierno.

Ambito Financiero explicita su “sorpresa” por el resultado y apunta que, “un gobierno que parece controlar todos los mecanismos de poder, no pudo impedir que uno de sus mandatarios más encumbrados fuera destituido”. Sentencia que quedó demostrado que “un puñado de ciudadanos puede tumbar a un gobierno” y habla de un kirchnerismo “quebrado”, tras la condena de Rebot.
Cabe recordar que el kirchnerismo, con 3 legisladores dentro de la sala juzgadora, votó de 3 formas diferentes (por la destitución, por la absolución y una abstención).

Infobae, único matutino que el día de la votación presentó a Ibarra con “una leve ventaja en los votos”, el día después habla de “jornada histórica”.

Perfil fue el que más se acercó al pronosticar la destitución de Aníbal Ibarra. En su última edición, publicó una nota titulada “La Legislatura podría echar este martes al suspendido Ibarra”, firmada por el periodista Juan Rezzano. El periódico hizo la cuenta legislador por legislador y sólo se equivocó en el voto de Beatriz Baltroc, que finalmente pidió la absolución del suspendido jefe de Gobierno.