El milagro boliviano y la rebelión de los ricos

¿Quién es Evo Morales? ¿El mejor presidente de la historia de Bolivia? ¿Un dictador machista y autoritario? ¿Uno de los más importantes e inspiradores presidentes contemporáneos de Latinoamérica? ¿Un narcotraficante y terrorista? ¿Un villano y populista corrupto? ¿Un líder personalista y carismático? ¿Es un héroe nacional y popular con gran coraje y determinación? Evo Morales, criticado y amado por igual, reivindicó y encarnó en sí mismo la lucha contra el opresor. Se ofrece en estas líneas una análisis sobre el pasado, presente y futuro de una nación.
Por Ana Krochik Bircz

Polarizada en una profunda crisis de credibilidad, Bolivia celebró elecciones generales el 20 de octubre de 2019. Evo Morales Aymar, el primer indígena en ser presidente de Bolivia, lanzó su tercera reelección para un cuarto mandato a pesar del resultado adverso en el referéndum del año 2016. El golpe y la renuncia de Evo, el 10 de noviembre del 2019, fueron el final de un proceso que comenzó a gestarse con el descontento y el reclamo de la población ante la decisión del MAS de no aceptar el voto popular que rechazó el proyecto para modificar la constitución que impedía la reelección de Evo. La oposición política aprovechó para denunciar un “fraude monumental “y así empezaron las movilizaciones que se tornaron violentas con la aprobación de las Fuerzas Armadas, la policía, los principales medios de comunicación y la gran influencia de las redes sociales. El exmandatario se vio obligado a presentar su dimisión y a pedir asilo en México. En la actualidad se encuentra en Argentina en calidad de refugiado político.

 Bolivia: una historia de pérdidas territoriales saqueo y humillación

Una visita a la Casa de Moneda, hoy Centro Cultural en Potosí, permite entender la magnitud de una historia de siglos de violencia y humillaciones sufridos por los indígenas. Fueron guerras de conquista y colonización a las que se agrega el componente racial. Potosí albergaba la mina de plata más importante del mundo en el interior del Cerro Rico, llamado por los Incas Sumaj Orck’o (Cerro Hermoso). El año de su descubrimiento –1545– marca el comienzo de la expropiación de riquezas y saqueo de materias primas del subsuelo latinoamericano que fue inmenso e inescrupuloso y consecuencia de la codicia de los conquistadores. En el año 1625, la ciudad de Potosí ya tenía 36 iglesias, casas de juego, salones de baile y teatros suntuosos. En nombre de la religión y de la iglesia se tomó posesión del Cerro de la Plata, la montaña sagrada que convirtió en imperio a España pero al mismo tiempo en esclavos a los indígenas que fueron sometidos y murieron en las minas. Luego, debido a la escasez de mano de obra, la solución que encontraron los colonizadores fue traer esclavos africanos, también forzados a trabajar y morir en las minas. La plata y el oro que se extrajo del Cerro Rico dieron la vuelta al mundo activando la economía de Europa y Oriente durante la colonización. La moneda acuñada en Potosí era como el euro o el dólar en la actualidad.

Casa de la Moneda

Bolivia perdió más de la mitad de su territorio en el proceso de consolidación de sus fronteras. A veces fue por vía diplomática, otras, en guerras con consecuencias económicas y geopolíticas que respondieron también a intereses de otros países y de empresas que operaban en la zona. El país se independizó en 1825, contando con una superficie de 2.363.769 kilómetros cuadrados, de los cuales conserva hoy solo 1.098.581 kilómetros cuadrados. La demarcación de fronteras con Perú fue muy dificultosa. Perdió un importante territorio e incluso una parte del lago Titicaca, lugar sagrado y cuna de diversas culturas andinas, que hoy forma parte del territorio peruano. La Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia terminó en el año 1935 con el reconocimiento de la mayor parte del territorio en conflicto como perteneciente al Paraguay.

En el caso de Argentina, luego de la derrota con Chile en la Guerra del Pacifico, la Puna de Atacama quedó alejada del territorio boliviano. En consecuencia, en 1889 firmó un tratado cambiándola por Tarija, zona que quedó para Bolivia. También con Brasil perdió ricos territorios en conflictos limítrofes que finalizaron en el año 1903, después de La guerra del Acre. La pérdida más trágica fue con Chile, el conflicto continúa en la actualidad en la corte de La Haya. Después de ser derrotada en la guerra del Pacífico, en el año 1883, Bolivia se vio obligada a firmar el tratado de paz y amistad por el que tuvo que cederles a los chilenos a perpetuidad la región de Antofagasta y perder así su única salida al mar.

Guerra del Pacifico

Desigualdad estructural e ideológica

“La desigualdad no es solo económica sino ideológica”

Thomas Piketty

En relación a la pobreza en Latinoamérica, la región más desigual del mundo, los indicadores vienen en aumento desde el 2015. Según datos de la Cepal se incrementó a 191 millones el número de las personas en situación de pobreza de los cuales casi 72 millones estarían en pobreza extrema. La OIT también advierte que, debido al pobre desempeño de la economía regional, es difícil luchar contra la informalidad que afecta al 50% de los ocupados de la región. Explica Thomas Piketty en su libro Capital e ideología que el gran problema hoy no es producir riqueza sino distribuirla bien. El sujeto final de la economía es el ser humano. Pero se ha desarrollado una perspectiva individualista que en el siglo XXI, de la mano de la tecnología, llegó a niveles extraordinarios de aumento y concentración descontrolada de la riqueza. La extrema desigualdad genera violencia, crecientes brechas, crisis de gobernabilidad y tensiones sociales que amenazan a las democracias liberales y a la estabilidad política.

El “milagro económico boliviano” permitió avances contundentes en materia social: el 30% de la población salió de la pobreza y la pobreza extrema disminuyó de 36,9% a menos de la mitad, a 16,8% entre el año 2005 y el año 2015. Bajó a la mitad el índice de deserción escolar, la esperanza de vida pasó de un promedio de 63 años en el 2005 a 71 años en el 2015. El desempleo bajó en promedio a un 4,4%. Se hicieron fuertes inversiones en servicios básicos e infraestructura. Se destaca el moderno sistema de transporte por cable urbano teleférico que comunica la ciudad de La Paz con el Alto.

Cuando Evo funda el Estado Plurinacional de Bolivia reivindica la identidad originaria y milenaria, la diversidad cultural y geográfica y el respeto a la Pachamama, a la Madre Tierra. Durante el Estado Plurinacional y multicultural todos los ciudadanos tuvieron los mismos derechos, a pesar de la fractura social que divide al país. Existe una división entre la Bolivia blanca de la que provienen los dirigentes de la oposición como Luis Camacho y la Bolivia mestiza e indígena a la que pertenece Evo Morales Aymar. Las causas del golpe de estado no son solo económicas porque a la lucha ideológica se agrega el conflicto socio-cultural y socio-histórico que viene desde la colonia hasta la actualidad. También la religión separa y permite identificar las clases sociales. Entre las primeras medidas que tomó el autoelegido gobierno de la senadora Jeanine Áñez fue simbólica y desafiante la quema de la Whipala en el Palacio de Gobierno. La Wiphala es la bandera de los pueblos andinos incorporada por la constitución del 2009 como una de las dos insignias nacionales de Bolivia.

 

La fortaleza de Evo: la economía la prosperidad social y la equidad

“Hemos demostrado que es posible otra Bolivia y otro mundo”

Evo Morales Aymar

Para poder redistribuir hay que crecer y Bolivia lo logró. ¿Cómo se generó el milagro boliviano de crecimiento y bienestar? ¿Es viable un modelo basado solo en los commodities y recursos naturales no renovables?

Luis Arce, el candidato a presidente por el MAS en las elecciones de mayo del 2020 (suspendidas por la pandemia del coronavirus, con fechas alternativas hacia la segunda mitad del año), fue el ministro de economía y principal artífice de la política económica durante el gobierno de Evo. En la conferencia “La transformación económica de Bolivia” que dio en 2015, explicó que el proceso de cambio comenzó en el año 2005 y lo denominó “modelo económico social, comunitario y redistributivo”. En el año 2006 cuando Evo Morales decretó la nacionalización de los hidrocarburos se inició una nueva etapa en la economía. Se renegociaron los contratos con las empresas extranjeras respetando las inversiones genuinas privadas y las empresas aceptaron continuar en el país a pesar del fuerte incremento en el tributo que se les exigió. El nuevo modelo de desarrollo productivo que explica el alto crecimiento económico se apoyó, entonces, en la nacionalización de los recursos naturales, aprovechando el boom exportador y la mejora en los términos del intercambio de las materias primas. Las ventajas comparativas de Bolivia en la extracción y exportación de bienes se potencian por ser una economía complementaria con sus vecinos Argentina y Brasil y países líderes como China.

El súper ciclo virtuoso de varios productos claves como gas natural, plata, oro estaño y soja no sólo fue significativo por el aumento de los precios, sino también porque se duplicó la producción exportable. Es importante destacar la relación que existe entre este proceso y el crecimiento de la Nueva Ruta de la Seda China (NRSCH). La estrategia globalizadora de China es singular porque no solo ofrece un mercado de dimensiones incomparables sino que también participa ayudando a concretar la infraestructura necesaria sin intentar imponer su modelo político. Latinoamérica y sus recursos naturales son un botín de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Manifestaciones contra Evo Morales

La inserción geopolítica y la reconfiguración actual del Orden Mundial definen el liderazgo económico de China a través de la NRSCH de la cual Bolivia ya es parte. La cooperación y proyectos en marcha entre China y Bolivia se concretaron con inversiones mixtas en minería, carreteras y en la construcción de plantas industriales. Merece atención especial la explotación conjunta de litio —para muchos, la energía del futuro— a través de acuerdos firmados por Evo, en los Salares del Sudoeste, en Uyuni, declarada reserva fiscal.

El Estado se convirtió en el principal actor de la economía en las áreas estratégicas generadoras de excedentes y superávit fiscal que fueron administrados con objetivos y políticas redistributivas. Si bien las inversiones públicas fueron el motor del crecimiento, el sector privado también evolucionó acompañando el círculo virtuoso de desarrollo económico. Funcionó el concepto de Economía Plural, respetando a las empresas privadas, pero incorporando a las economías sociales de los pueblos indígenas. Durante el periodo analizado en Bolivia, se combinó el mayor crecimiento sostenido de la región en la última década y la mejor transferencia de renta a los más necesitados. Los mayores logros fueron en educación y salud que se vieron reflejados en los resultados positivos potenciales en el Índice de Desarrollo Humano (IDH). El PBI per cápita se duplicó entre el 2005 y 2013. El PBI creció un 4,5% en promedio y, a pesar de que la curva es decreciente, se sigue destacando respecto a sus vecinos de la región con un 5,5% de crecimiento en el 2014, un 4,9% en el 2015 y 4,3 % en el 2016. La paridad cambiaria entre el boliviano y el dólar, junto con la baja inflación, fueron virtudes indiscutidas del milagro económico. Se logró una eficiente política monetaria ordenada y alineada que incluyó el impulso a los bancos nacionales y permitió la estabilidad financiera necesaria para facilitar el acceso al crédito de la población, estimulando el mercado y la demanda interna. Se generó y se administró una acumulación extraordinaria de reservas internacionales, fruto de los ingresos de divisas por el boom exportador de la coyuntura que les permitió desendeudarse, revaluar y fortalecer el boliviano, su moneda, y constituir un fondo de estabilización para futuras caídas de los precios internacionales. Así se terminó definitivamente con la fuerte “dolarización de la economía” de los años ‘90. El superávit fiscal se duplicó en seis años —entre el 2006 y el 2012— debido al incremento de ingresos por los impuestos provenientes del aumento de la actividad económica y del consumo interno. Los excedentes se transfirieron por vía del gasto e inversiones públicas con efectos multiplicadores de la economía.

Hasta el año 1961, el consumo y la producción de hojas de coca no estaba penado. Se incentivó incluso su cultivo, históricamente, para obtener mejores resultados de los trabajadores. En las minas, en el socavón, mascar hojas de coca ayuda a los mineros porque quita el hambre, el frío y hasta el cansancio. Por el mercado de la cocaína, que llega desde el exterior a Bolivia, se persiguió y castigó a los productores. El consumo de hojas de coca es legal. Evo prohibió y limitó el libre cultivo y propone “defendamos la hoja de coca para uso tradicional pero no la cocaína” pero no todos le creen. Bolivia es el tercer productor mundial luego de Colombia y Perú. Después del golpe, en un principio, Evo se refugió en Chaparé, zona cocalera de Cochabamba, donde nació como dirigente político. En una polémica decisión, en el año 2008, Evo expulsó a la agencia estadounidense, la Administración para el Control de Drogas (DEA), de esa zona de Bolivia, porque él siempre cuestionó la idea y efectividad sobre la forma de combatir las plantaciones de coca ilegal por parte de los organismos internacionales. El programa del expresidente aymara consistió en ampliar fuertemente el control y la presencia estatal en estas zonas, a través de inversiones sociales y comunitarias. En el año 2017, con la llamada “ley de la coca”, amplió áreas de cultivo legales para uso tradicional y redujo los ilegales. Con esta legislación perjudicó intereses que le generaron enemigos internos y externos.

Conferencia de Prensa de Evo Morales al momento de expulsar a la D.E.A del país

La crisis de la democracia: ¿por qué Evo se equivocó?

  • “Mi amigo Evo Morales cometió un error cuando buscó un cuarto mandato como presidente”.
  • Lula da Silva, noviembre de 2019

A pesar de esta afirmación, el ex presidente brasilero, denunció que lo que hicieron con Evo fue un crimen y un golpe de estado. Cuando Evo intenta su reelección a la fuerza, se arriesga a una crisis política. También él fue responsable y debería hacer su autocrítica por la crisis de poder y de credibilidad que se generó cuando insistió en postularse, a pesar de la prohibición en la Constitución del Estado Plurinacional y del resultado adverso —aunque por poca diferencia— del plebiscito del 21F de 2016. Dio lugar a la desconfianza y a las acusaciones de querer perpetuarse en el poder, desconociendo la voluntad de las mayorías, lo que fomentó el rechazo de la oposición y el temor de los indecisos quienes asociaron la situación con la realidad de Venezuela.

Los límites de los mandatos y la alternancia evitan la concentración y los abusos de poder, la corrupción y los personalismos. La democracia prevé un balance y equilibrio de poderes. ¿Por qué no pudo encontrar y proponer una continuidad a su excelente gestión, dentro de la Constitución, sin riesgos y sin provocaciones? Jugó al límite de su poder. ¿Se auto engañó? Evo Morales llegó a las elecciones con su legitimidad erosionada por la derrota en el referéndum. En el imaginario colectivo existió fraude antes de que comenzaran a contar los votos. A pesar de que Morales tuvo durante sus catorce años de gobierno elevadísimos niveles de legitimidad y aprobación, incluso en el 2014 ganó en la región de Santa Cruz, la erosión de su imagen se debe, en gran medida, a la decisión de no respetar los resultados de un referéndum. ¿Qué le pasó a Evo? ¿Por qué tensó la cuerda?

En el año 2018, el 51% de la población había rechazado el cambio de la Constitución que él propuso para levantar la prohibición de que pudiera ser reelecto una vez más. Esta derrota trató de evadirla ordenando al Tribunal Constitucional que lo habilitara mediante una “interpretación” que permite la posibilidad de reelección indefinida. Es así como provocó el enojo y el rechazo de los sectores liberales de la población que exigían alternancia y respeto por la ley. Así se formó el movimiento 21F para rechazar la legitimidad de la candidatura de Morales para las elecciones del 20 de octubre del 2019. Para volver a postularlo el MAS, argumentó que fue una decisión colectiva de las bases. Se pagó un costo político muy alto.

¿En qué se apoyó Evo para intentar su reelección? Fundamentalmente se basó en los resultados económicos de su gestión y en la fragmentación electoral de la oposición, ya que el principal candidato que era Carlos Meza, no crecía en las encuestas y en cambio sí subía Evo en la intención de voto. Así tomó forma la idea de poder ganar en la primera vuelta, aunque se sabía que no por el amplio margen que el MAS obtuvo en el 2014, cuando ganó con el 63%. Explica el periodista y escritor boliviano Fernando Molina que “la mayoría seguía aprobando su gestión de gobierno y, aunque su imagen personal era más rechazada que antes, seguía siendo más fuerte que la de cualquier otro político boliviano. Esto se debía, tal vez, a la identificación étnica y social de la población aymara con Evo: el expresidente lograba casi el doble de votos en las pequeñas ciudades y en el campo que, en las grandes ciudades como La paz, Cochabamba o Santa Cruz de la Sierra. Mientras más indígena y pobre es un elector más probabilidades existen de que vote por el MAS”.[1] Evo incurrió en acciones que le provocaron un quiebre de la credibilidad y de la gobernabilidad.

La rebelión de los ricos

El milagro económico no fue suficiente. El 20 de octubre, fecha de las elecciones de 2019 en Bolivia, era una mañana hermosa y soleada en la ciudad de Sucre. Familias y grupos de amigos paseaban por la Plaza 25 de Mayo, conocida también como la Plaza Mayor o Plaza de Armas y por las calles convertidas en peatonales. No se podían usar los autos, salvo urgencias, ya que todos votaban cerca de sus casas. El clima era muy tranquilo, de alegría y esperanza. Pero cuando se supo a la tarde que se cortaba la transmisión de los resultados de los comicios (TRC) se comenzó a hablar de fraude. La misma plaza de los encuentros de los amigos, fue tomada por la oposición. Iban llegando con barbijos y pañuelos que les tapaban las caras y con palos al grito de “Sucre se respeta”. A la noche, la movilización ya era muy importante y marcharon hasta el Tribunal Superior Electoral (TSE) y lo incendiaron.

Con matices, las protestas se generalizaron en las ciudades donde se suponía que debía ganar la oposición a Evo Morales Aymar. Por las redes se podían ver videos que mostraban cómo se cambiaban supuestas cajas electorales reales, por otras ya preparadas, fraudulentas. La noche del 20 de octubre concluyó con el ballotage como escenario más probable. Al día siguiente se anunciaba el triunfo ajustado, en primera vuelta, para Morales y comenzó la rebelión y el golpe en un clima de fuerte polarización y ofuscación por parte de algunos sectores. La oposición iba a denunciar fraude en cualquier escenario que no fuera el ballotage. El 21 de octubre, mientras en otras ciudades opositoras continuaban las protestas, desde Santa Cruz de la Sierra decretaron un paro general por tiempo indeterminado a partir del 22 de octubre. En esta ciudad se instalaron los retenes en las esquinas de los que participaban familias enteras, cortando las calles de las principales avenidas y controlando los accesos. Estacionaron las camionetas y autos de alta gama en las bocacalles para impedir el paso.

Seguidores de Evo Morales bajando del alto para apoyarlo, en contra del Golpe de Estado

Desde el Alto a la Paz hay solo 10 km. de separación pero no son sólo kilómetros. La protesta contra el golpe fue liderada por indígenas aymara. Se profundizaron las divisiones y se generó un estallido social en ambos grupos: los indígenas leales a Evo con la reivindicación de los logros obtenidos durante el gobierno anterior y las clases medias y altas de las ciudades, enojadas por lo que suponen una falta de respeto a sus decisiones emitidas en el referéndum del 21F de 2016. El MAS intentó un cerco a las ciudades para cortar la distribución de alimentos y bienes pero fracasó y fue reprimido con violencia. El golpe había empezado ya antes de las elecciones.

¿Quiénes son la oposición y a quiénes representan? No existieron plataformas políticas ni debates de ideas. Carlos Meza alegó fraude y fogoneó a los anti Evo sin ninguna propuesta política ni proyecto, solo evitar que Evo continúe en el gobierno. A Añez se la acusa de haber firmado un decreto que liberó de responsabilidades a los militares y policías que participaron de la represión de las protestas, fundamentalmente indígenas.

¿Quiénes y por qué pidieron la renuncia de Evo? Los ciudadanos que decretaron el paro general por tiempo indeterminado desde Santa Cruz, ¿ya estaban previamente informados de que las fuerzas armadas no responderían a los mandos de Evo? ¿Por qué no se temía en la Santa Cruz sublevada la represión y la restauración del orden público? Porque la oposición ya había pactado con las fuerzas armadas y la policía. Los manifestantes y los que cortaban las calles y las rutas no temían porque sabían desde antes de las elecciones que las fuerzas armadas y la policía no apoyaban a Evo y que el único resultado que respetarían era el de un ballotage. El golpe fue político, cívico, militar, policial y religioso.

Golpe de Estado y quiebre institucional

En Bolivia ¿es legítima la intervención militar si un presidente viola la Constitución? ¿La intervención militar implica golpe? El 10 de noviembre de 2019 el Comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia instó públicamente a que el presidente del Estado renuncie. El opositor Camacho “informó” que existía una orden de captura y grupos violentos, con la complicidad de la policía, obligaron a Evo y a otros funcionarios a renunciar y huir. Esa misma tarde los militares le pusieron la banda presidencial a una política, Jeanine Añez, cuyo partido contaba solo con un 5% de las preferencias electorales y se autopraclamó presidenta con la Biblia en alto, buscando que le otorgue legitimidad y valor moral a su inmoralidad. Mientras tanto, sus seguidores, irrespetuosa y provocativamente, quemaron whipalas, ofendiendo al pueblo indígena y a su identidad. La autoproclamada presidenta de Bolivia procede de Santa Cruz y no oculta su desprecio e intolerancia racista hacia la mayoría indígena que vive en Bolivia y sus creencias religiosas. Añez autorizó y legalizó la represión. Fue un golpe de estado porque el desplazamiento de Evo fue violento, antes de finalizar su mandato, como así también fue violenta la represión que se desató sobre sus seguidores, que representan un porcentaje muy importante del país.

El golpe de estado en Bolivia fue un golpe neoliberal. Las críticas a Evo, aunque sean ciertas, no deben ocultar la realidad de lo que pasó en Bolivia. Fue un golpe de estado y es importante saber quién lo llevó a cabo, con qué fin y entender que no se trató solo de una rebelión ciudadana. Son distintas las fuerzas históricas que se expresan en el nombre de Evo o de Camacho. La oposición radicalizó los bloqueos y paros en las ciudades. La “pacificación” costó 30 muertos, más de 400 heridos y miles de detenidos. Surgió un nuevo bloque de poder conformado por las fuerzas militares y policiales, la justicia, universidades, los medios de comunicación. La autocrítica que debe hacerse el MAS es por qué no pudieron prevenir ni anticiparse al golpe, por qué no generaron un plan B. Las raíces indígenas de Evo, en uno de los países más pobres de la región al que transformó con el mayor crecimiento de su historia, enfurece a sus opositores. Renunció presionado por el ejército cuando ya había accedido a las demandas de una nueva votación.

 

El conflicto religioso-cultural en Bolivia

“Dios sirve ahora a la Nación”

Yuval Noah Harari

Es necesario entender la influencia de la religión evangélica fundamentalista en el conflicto de Bolivia. Evo había recuperado los rituales de la cosmovisión aymara. La colocación de la Whipala en el Palacio de Gobierno simbolizó la importancia que tenía para su gobierno el respeto por la cultura indígena. Cuando Jeanine Añez ingresa al Palacio de Gobierno con la Biblia en la mano y con sus frases bíblicas en sus discursos profundiza la polarización de una sociedad de raíces y creencias complejas. Las cholitas, con sus polleras y vestimentas tradicionales, también representan la resistencia y el orgullo de una cultura que no quiere perder su identidad.

Hoy, un quinto de la población de América Latina es evangélica. La iglesia católica no sólo fue perdiendo fieles sino también influencia política. Las iglesias evangélicas pentecostales y neopentecostales son cada vez más poderosas en la región. El partido de Añez obtuvo solamente un 5% de los votos en las elecciones del 20 de octubre, después de Evo y Carlos Meza, y el tercer puesto fue para el candidato de origen surcoreano, el pastor presbiteriano Chichung, con el 9% de los votos. Este dato refuerza la percepción de la realidad regional, donde desde hace varios años los evangélicos están acrecentando su influencia política, social y económica. Este fenómeno se explica por la fuerte contención que dan en zonas pobres donde participan de la educación, de la salud, de la lucha contra el narcotráfico y, en general, de la defensa de los valores tradicionales y familiares, privilegiando las emociones sobre la racionalidad y empatizando con los más carenciados, tanto a nivel espiritual como económico. Todo esto es reforzado por la difusión que logran en los medios de comunicación masiva, radio y televisión, a través de la compra de espacios y de canales y también por el apoyo financiero explícito por parte del Estado y de sus fieles a los proyectos políticos que los representan y defienden sus valores conservadores en materia social en contra del aborto y el matrimonio igualitario. En lo económico son ultraliberales y están sustentados en la teología de la prosperidad.

Bolivia no está aislada del contexto del avance del fundamentalismo en Latinoamérica: hoy en Brasil un 25% de la población es evangélica neopentecostal, en México, López Obrador se alió con un partido evangélico (el PEZ) y también en Colombia los evangélicos son parte del gobierno donde presionan para que no se apruebe el aborto. Latinoamérica está influida por una fuerte retórica evangélica de corte mesiánico. Se puede ya percibir en Bolivia, acompañando el golpe de estado.

Presente y futuro: el milagro boliviano está en peligro

“Vamos a ganar las elecciones“.

Evo Morales Aymar

El proceso que culminó con la renuncia de Evo Morales y la autoproclamada  presidenta interina Jeanine Añez, se presenta como un giro ideológico político y económico hacia un modelo conservador y liberal. La actual presidenta se alinea en la ideología del golpe, es una figura periférica de la derecha boliviana con poca formación y carisma que aprovechó el vacío de poder generado tras la renuncia de Evo y prácticamente todo el ejecutivo para ganar un espacio de poder político. A pesar de que, en ese momento, desmintió su intención de ser candidata, en la actualidad concretó su postulación a la presidencia. ¿Qué tipo de candidato garantizaría el triunfo del MAS y la gobernabilidad se celebrarán? ¿Quién es el heredero de Evo en las próximas elecciones, originalmente programadas para el 3 de mayo de 2020? La macroeconomía fue el principal mérito del gobierno anterior y el próximo candidato a presidente es Luis Arce, el exministro de Economía e ideólogo del milagro boliviano. El candidato a vicepresidente postulado es David Choquehuanca, un referente, aymara con llegada a las bases que fue canciller casi toda la gestión de Evo.

Ya en campaña para las próximas elecciones, Luis Arce, el candidato a presidente por el MAS, va primero en las encuestas sobre intención de voto. Los principales candidatos de la oposición Carlos Mesa, Jeanine Áñez y Luis Camacho se encuentran inmersos en una guerra de desprestigio, críticas y recriminaciones públicas. Añez es criticada por la incoherencia de no haber cumplido con su palabra y aprovechar el uso de recursos del estado con fines políticos. La polémica fundamental entre ellos es por la visión sobre el tema de las privatizaciones de las empresas públicas y reservas naturales. Pero los candidatos de la derecha no presentan planes de gobierno propuestas y plataformas claras.

Se eligieron candidatos que pueden conformar a su base social con un núcleo duro indígena y campesino, al sindicalismo heterogéneo y a su vez ampliar las opciones, que irradie a otros sectores hoy indecisos generando empatía con la clase media en ascenso, alejando el temor que sienten de encaminarse a un destino similar al de Venezuela. Las posibilidades de ganar en primera vuelta frente a una derecha fragmentada son reales. El MAS debe conciliar el discurso reivindicativo de los sectores indígenas con el de la pacificación, la reconciliación y la estabilidad económica tan apreciada por la movilidad y ascenso económico social de los sectores medios. Este debate y decisión debió concretarse antes de la cuarta postulación de Evo. Hoy el enorme legado corre el riesgo de perderse con la oscilación hacia la derecha. ¿Se podrán defender los derechos adquiridos a partir del 2006 ante un nuevo racismo revanchista? Si gana la oposición, intentará derogar medidas políticas económicas y sociales del gobierno anterior.

El tribunal superior electoral (TSE) confirmó que la Unión Europea, la OEA y la Unión Interamericana de organismos electorales observarán las elecciones presidenciales previstas para el 3 de mayo. Pero el MAS no reconoce a Añez porque considera que fue un golpe de estado. El TSE no habilita la candidatura a senador del expresidente argumentando que no vive en Bolivia y el candidato a presidente por el MAS, Luis Arce, está acusado de corrupción en el caso Fondo Indígena. Para Evo Morales el objetivo final es la proscripción del MAS y lo define como un golpe dentro del golpe. El paradigma y la fortaleza del crecimiento boliviano cimentado en la explotación de recursos no renovables, hoy es la principal debilidad del modelo. La crítica es que no se diversificó la matriz productiva a pesar de las inversiones en educación, infraestructura y tecnología. Es necesario un cambio en la política económica para restaurar el equilibrio externo ya que el déficit comercial se está financiando hoy con caída de reservas internacionales y endeudamiento. La primarización y el extractivismo deben dar lugar a la diversificación de la economía hacia sectores que incorporen mayor valor agregado como, por ejemplo, la agroindustria, intentando superar la dependencia de los precios internacionales de sus exportaciones y de lo que parece un agotamiento del modelo de crecimiento. A pesar de todo, la expansión se mantuvo en los últimos tres años, que fueron de estancamiento y retroceso en casi toda América Latina. El final del boom de precios altos de los commodities y los escándalos de corrupción en varios países de la región, reforzarán la idea de que el ajuste fiscal y el neoliberalismo como política económica son necesarios: reducir la inversión pública, las importaciones, aumentar tarifas y todas las demás recetas recesivas conocidas. ¿Podrá la economía boliviana en el futuro, seguir creciendo a los niveles de la última década?

 

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[1] Bolivia: “Es la economía, estúpido”, Coyuntura, NUSO Nª 283, Septiembre -Octubre 2019.