Elecciones en Israel

¿La coalición menos pensada?

El dato más importante a esta hora es que el escenario político en Israel puede llegar a dar un vuelco histórico. Hoy está más cerca que nunca la posibilidad que una coalición imposible, la de Gantz-Liberman-Lista Arabe Unida, gobierne el país
Por Damian Szvalb

“Todos contra Bibi” Así podría titularse el capítulo de la política israelí que se está desarrollando en estos momentos, a solo seis días de las últimas elecciones. Es que Bibi volvió a ganar en las urnas. Y lo hizo con una buena ventaja, que ninguna encuesta había anticipado, y en medio de graves acusaciones judiciales por corrupción que pueden, más temprano que tarde, llevarlo a la cárcel.

Pero su triunfo, y la cercana posibilidad de formar gobierno con los 58 escaños que suma el bloque de derecha que él lidera, parece haber asustado a la oposición que ahora parece dispuesta a hacer hasta lo menos pensado para impedir que Netanyahu siga siendo primer ministro. En eso coinciden tanto la alianza de partidos árabes, Lista conjunta, que se consolidó como tercera fuerza electoral, como Avigdor Lieberman, quien con 7 escaños vuelve a ser la llave de la gobernabilidad para cualquiera de los dos grandes bloques.

Por eso, su explícito apoyo a impulsar una ley en el parlamento que prohíba al primer ministro formar gobierno por estar enfrentando procesamientos judiciales han impactado en el escenario político israelí.  A esto hay que agregarle que los dirigentes principales de la Lista Conjunta también son conscientes de la oportunidad que se les presenta para sacar a Bibi del juego.

-Si esto prospera, los días de Bibi al frente del gobierno estarán contados. Sería la primera vez en muchos años que la oposición, que tiene enormes desacuerdos entre ellos en temas centrales, encuentre la fórmula para, de mínima, correr a Bibi del escenario político. El siguiente paso sería ponerse de acuerdo para construir una coalición de gobierno que lleve a Gantz como primer ministro.

Están los números para hacerlo ya que todos los partidos que públicamente expresaron que no quieren a Bibi suman 62 escaños, y no hay que descartar que algunos dirigentes del Likud, ya con Bibi en el llano, se sientan libres de apoyar un gobierno de Gantz.

Parece que el objetivo de toda la oposición es establecer un nuevo gobierno lo más rápido posible. Estaría encabezado por Gantz y sostenido por un acuerdo político inédito en Israel entre partidos árabes que reivindican todos los días el derecho de los palestinos a tener su Estado y Lieberman, un dirigente que basó su carrera política justamente en hacerle imposible la vida a los palestinos. Pero parece que esta vez las profundas diferencias personales y políticas con Bibi y su rechazo a los partidos religiosos don más fuertes que sus históricas posiciones antipalestinas.

El dato más importante a esta hora es que el escenario político en Israel está por dar un vuelco histórico. Hoy está más cerca que nunca la posibilidad que una coalición imposible, la de Gantz-Liberman-Lista conjunta, gobierne el país. Quizás no se formalice en el parlamento y que haya un acuerdo de mayoría para que no quedan tan pegadas posiciones ideológicas tan opuestas. Pero si esto se concreta, la oposición demostrará que después de tantos años aprendió algo de Bibi: que a veces en política se necesita actuar con brutal pragmatismo para llegar al poder.