Los pasos dados en el tema de la posible apertura de los archivos de la SIDE, parecerían indicar un camino en el sentido correcto, pero después de tantos años y tantas decepciones, la duda supera al optimismo.
Y hoy, inevitablemente, surgen las preguntas que deberían ser de respuesta obvia pero que, sin embargo, deben ser formuladas nuevamente.
¿Es, acaso, el tema de la AMIA un tema que la sociedad en su conjunto necesita resolver, así como la Corte Suprema, las fuerzas de seguridad y la corrupción? ¿O acaso con ocuparse de esos grandes temas, y el final del juicio oral, Kirchner se daría por satisfecho?
El nuevo Presidente le ha dicho a los familiares del atentado y a miembros de la DAIA: “júzguenme por mis hechos y no por mis palabras…” y deberíamos hacerle caso, más hechos y menos palabras, serían una interesante forma de gobernar este país.
Hasta ahora los presidentes que se sucedieron durante y luego del atentado tomaron conductas acordes a sus ideologías.
Menem los encubrió.
Duhalde los defendió.
De la Rúa nunca se ocupó.
Kirchner ¿querrá finalmente esclarecer las masacres de la Embajada y de la AMIA?
Ojalá que sí, por nosotros y nuestros muertos, por nuestra sociedad, para que no haya un tercer atentado y fundamentalmente, porque cada resquicio de injusticia que nos quede sin resolver, es una puerta abierta para reingresar a los periodos más nefastos que hemos vivido en nuestros país en los últimos años.
