La declaración señala que: “Tanto la libertad de religión como la libertad de expresión son derechos fundamentales. A veces entran en conflicto entre ellos (…) El CJM considera que el respeto por las creencias religiosas, tradiciones y prácticas se aplica a todas las personas, en todas las partes del mundo.
El respeto mutuo y el entendimiento entre los miembros de diferentes religiones es la clave para finalizar el odio y para crear un mundo mejor”.
Es por ello que el CJM “solicita a los diarios y otros medios que cesen de alimentar el enfado en el mundo musulmán reimprimiendo las caricaturas controversiales; insta a una finalización inmediata de las protestas violentas contra ciertos países europeos, incluyendo los ataques incendiarios en las embajadas o el boicot de sus productos; solicita el respeto por las prácticas y creencias religiosas por parte de creyentes y no creyentes; y solicita a los líderes de todas las religiones y a los Gobiernos a participar en un diálogo sensato”.
A la reunión asisten como representantes de la DAIA y la AMIA sus presidentes respectivos, Jorge Kirszenbaum y Luis Grynwald.