Alicia en el país del olvido

Relato en primera persona de una biografía que rescata del olvido a la figura de Alicia Moreau de Justo, una de las primeras médicas egresadas de la UBA y dirigente socialista destacada por su denodada lucha en defensa de los derechos de las mujeres. En particular, el derecho a votar.
Por Damián Stiglitz

Al alba, empiezo a leer las primeras páginas de un libro. Los rayos del sol se filtran por la ventana, atraviesan la biblioteca y alcanzan a iluminar el retrato de una mujer. Un retrato que ilustra la portada de aquel libro. Miro el retrato: es Alicia. Es el retrato de Alicia. La reconozco.
Ese libro, que empiezo a leer, es su biografía. Una biografía rescatada de entre los polvorientos estantes de esa biblioteca húmeda y añeja. Observo el retrato y pregunto: ¿saben Uds. quién fue Alicia? Alicia es un símbolo (olvidado). Y digo Alicia por decir Julieta o Elvira o Cecilia. O Virginia. O muchas otras…
Me pregunto: ¿Quién fue Alicia?
Pasan las horas. Es de mediodía. La luz del sol baña todos los rincones de la sala. Y leo.
Leo en la biografía: Alicia fue una luchadora por los derechos de las mujeres. Sus padres eran franceses que participaron en los sucesos de la Comuna de París en 1871, huyeron a Londres y se salvaron de la represión posterior de la Tercera República Francesa contra los comuneros. Allí nació, en 1885, Alicia. Con 5 años, llegó a Buenos Aires junto a su madre.
Alicia fue a la Escuela N° 1 de Buenos Aires y tuvo como profesor a Hipólito Yrigoyen, futuro presidente argentino.
(Leo) En los siguientes años fundó el primer Centro Feminista de Argentina y el Comité Pro-Sufragio Femenino. Organizó entre 1906 y 1914, junto con otras mujeres como Julieta Lanteri, Cecilia Grierson y Elvira Rawson, los primeros congresos feministas internacionales y elaboró, con ellas, el primer proyecto de sufragio femenino que Alfredo Palacios presentaría en el Congreso.
(Leo) En 1910, junto a su padre Armand Moreau y a su amiga Berta Gerchunoff, fundó el Ateneo Popular para fomentar la educación secundaria y universitaria laica y mixta.
Alicia se recibió de médica en 1914 (fue una de las primeras del país), profesión que ejerció gran parte de su vida.
(Leo) Participó del Consejo Nacional de Mujeres, de la Sociedad Luz y junto a otra luchadora feminista, Julieta Lanteri, creó el Partido Feminista Nacional.
Fundó la Unión Feminista Argentina en 1920, que nucleaba a varias organizaciones feministas ya existentes, y en 1922 se casó con Juan B. Justo, fundador del Partido Socialista, con quien tuvo tres hijos.
(Leo) En 1932 elaboró otro proyecto de sufragio femenino junto al diputado socialista Mario Bravo, rechazado por la mayoría conservadora del Senado.
Alicia fue, durante décadas, una de las principales promotoras del sufragio femenino que, finalmente, fue sancionado en 1947 durante el gobierno de Juan Domingo Perón y con gran protagonismo de Evita quien, durante unos meses, encabezó una enérgica campaña en favor del proyecto. Pero… (leo) en noviembre de 1951 fueron las primeras elecciones con voto femenino en Argentina y Alicia no votó.
No pudo votar. Había una orden de detención contra ella y otros miembros de su partido, acusados de “conspiración”. Y ella estaba escondida.
Alicia, que fue una de las principales promotoras del sufragio femenino durante varias décadas, no votó en las primeras elecciones con voto femenino en Argentina…
¿Por qué no votó Alicia? No votó porque estaba escondida en la casa de unos amigos. Y estaba escondida en la casa de unos amigos, porque había una orden de detención en su contra. Y había una orden de detención en su contra, porque se la acusaba de “conspiración”. Y se la acusaba de “conspiración” porque era opositora…
Poco después estuvo presa y, rodeada de prostitutas en la cárcel, se dedicó a darles consejos de higiene y cuidado sexual.
(Leo) No haber ido a votar no la afligió a Alicia. A los cien años era de los pocos episodios que había olvidado. Fantaseaba que sí, que había ido a votar y que esto le había provocado satisfacción.
(Leo) Alicia Moreau, desde 1958, votó en todas las elecciones y, cuando volvió la democracia en 1983, alcanzó a votar con 98 años. Murió en 1986, con casi 101 años.
¡Alicia!
Miro el retrato de Alicia, mientras el sol comienza a ponerse. Paso observándolo dos cuartos de hora.
Y ahora, el sol apenas refleja ya sus últimos rayos del atardecer sobre su retrato…
¡Alicia!
Miro el retrato de Alicia y me pregunto:
¿Saben Uds. quién fue Alicia Moreau? ¿Saben Uds. cuántas plazas llevan su nombre? ¿Cuántos parques? ¿Cuántas escuelas homenajean a la defensora de la educación laica y mixta? ¿Cuántos hospitales llevan el nombre de la médica ilustre?
¡Alicia!
¿Cuántas estatuas se levantaron en honor a esa mujer? ¿En cuántos billetes está impreso su retrato? ¿Y cuántos libros y películas sobre ella?
¿Quién es Alicia? ¿Acaso es sólo una calle de Puerto Madero?
¿Cuántos en este país saben siquiera que hubo una mujer llamada Alicia Moreau?
Me pregunto: ¿Alicia quedó en el olvido?
Me pregunto: ¿Es la Argentina el país del olvido?
¡Alicia! Olvido.
Pasan tres cuartos de hora. La luz ya no entra en la sala. Es de noche, la biblioteca queda a oscuras y no alcanzo a ver el retrato impreso en el frente del libro que tengo entre mis manos.
Alicia! Olvido.
La oscuridad invade la sala. Miro el libro, pero no veo nada.
Me pregunto: ¿De quién es ese rostro impreso en la portada del libro que se desdibuja en la penumbra de ese cuarto húmedo?
¿De quién es esa figura humana? ¡Pareciera ser una mujer! Pero no la alcanzo a distinguir.
Tal vez mañana, cuando vuelva a aclarar, pueda verla y reconocerla. Tal vez mañana el alba ilumine ese retrato, esa figura que hoy no se puede ver por la oscuridad…