La Yihad Islámica se atribuyó el ataque suicida que mató a un israelí y a dos palestinos, además del suicida.
Según fuentes militares israelíes, el suicida activó sus explosivos cuando el sargento Ori Binamo, de 21 años, le ordenó salir del taxi en el que viajaba y desabrocharse el abrigo. El conductor del taxi y al menos uno de los pasajeros figuran también entre los muertos y entre los heridos hay tres soldados israelíes -dos de ellos en estado grave-, y seis palestinos.
Luego del atentado, el Ejército israelí impuso el toque de queda en la aldea de Yabara y en la de Faraum, e impidió que efectivos de la Policía palestina circularan por el lugar.
Las fuentes explicaron que el suicida iba -al parecer- hacia algún centro urbano importante israelí donde estos días se celebra ‘Jánuca’ o la ‘Fiesta de las luminarias’ con espectáculos multitudinarios y festejos en las calles.
En ese sentido, dijeron que el soldado fallecido salvó la vida a decenas de personas, pues una bomba de 10 kilos en medio de una multitud hubiera tenido consecuencias demoledoras.
El último atentado suicida contra Israel había sucedido el pasado 6 de diciembre en la ciudad de Netanya, donde murieron cinco personas. La Yihad Islámica es la organización palestina que ha asumido la autoría de los siete atentados suicidas contra blancos israelíes durante el 2005.
Mientras tanto, en el norte de Gaza, la zona de exclusión seguirá hasta que grupos palestinos suspendan sus ataques contra territorio israelí.
En los últimos días, los milicianos palestinos dispararon varios cohetes -con unos siete kilómetros de alcance- contra la ciudad de Ashkelon, y lo hicieron desde las tierras que ocupaban tres de los asentamientos judíos desmantelados en agosto pasado.
En Ashkelon, Israel posee una planta de electricidad y el terminal de un oleoducto proveniente del puerto de Eilat, en el Mar Rojo, lindante con Egipto.