El presidente Abú Mazen, que encabeza la vieja guardia palestina, se congratuló del acuerdo alcanzado con Barguti y los dirigentes más jóvenes de Al Fatah. «Lo más importante es acudir al proceso electoral unidos y con un espíritu de transparencia y justicia para que podamos alcanzar la verdadera democracia que queremos», declaró Mazen.
Dahlan, que en los últimos días ha mantenido numerosas consultas con Barguti, afirmó que «a partir de ahora, y tras la unión del partido, volvemos a ser los grandes favoritos para ganar las elecciones».
En Ramallah se podía ver una muestra de la preponderancia que ha adquirido Barguti en la escena política: en la pared de la sala donde se hizo el anuncio oficial había una gran foto suya entre dos retratos: el del Mazen y el de Yasser Arafat.
En esta pelea interna, el que más ha cedido es Mazen mismo, sobre su futuro aparecen muchas amenazas y temores, sobre todo por el espectacular ascenso del Hamas, que podría quedarse con gran parte de los escaños del Parlamento. Temor ante la rebelión de los líderes más jóvenes de su partido que han conseguido colocar muchos de sus hombres en los primeros puestos de la lista de Al Fatah. Temor ante las armas que empuñan los grupos violentos vinculados a su mismo partido, Al Fatah: las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa y otras milicias de su entorno.
