En 1977, cuando la dictadura cívico-militar desapareció al Dr. Samuel (Sami) Slutzky, su familia en Buenos Aires se desentendió de sus pequeños hijos, quienes con ayuda de Amnistía Internacional finalmente lograron arribar a Holanda como refugiados.
“En un intento de pagar esa deuda familiar, me propongo acompañar a Mariano -ante cuyos ojos de niño detuvieron, golpearon y secuestraron a su padre en junio de 1977-, en la búsqueda del rastro de su padre, en el juicio a sus asesinos, en la persecución de un sospechoso de complicidad con el asesinato y en el enfrentamiento con los Slutzky en Argentina”, explica Shlomo Slutzky, codirector del film e hijo de un primo hermano de Sami Slutzky.
Paradójicamente, Sami, descendiente de judíos que escaparon a los pogromos en Rusia, se negó en su momento a refugiarse en Israel proclamando que "Argentina es mi país y nunca iría a Israel, un Estado servil a los EE.UU.". Pero Aníbal Gauto, represor y cómplice del asesinato de Sami, se escapó de la justicia argentina para instalarse en Israel, país al que logró ingresar violando el sentido humanitario de la Ley israelí del Retorno.