Irak:

Ventaja chiíta en las elecciones

Esta vez la participación fue mayor a la de enero pasado, y esto ocurrió hasta con los suníes, generalmente críticos del gobierno pro-estadounidense vigente en Irak. Hussein Hendawi, el comisionado electoral, informó que en Irak votó el 67% de los habilitados para hacerlo, unos 10 millones de personas, superando el 56% que fue a las urnas el 10 de enero cuando se eligieron parlamentarios.

En Tikrit, la patria chica de Saddam Hussein, donde en enero casi nadie votó, esta vez un 83% fue a las urnas.
El 80 % votó en Salaheddin, en las ciudades chiítas de Hilla y Najaf, 70%; y 60% en Nasiriyah.
Los iraquíes han completado el proceso de transición con unas elecciones parlamentarias marcadas por una alta participación. Un primer sondeo apunta que los chiítas mantuvieron un fuerte respaldo, aunque con la clara competencia de la lista del ex primer ministro Iyad Allawi.
Más de 500 entrevistas a electores, hechas por periodistas de Reuters en Irak, indicaron un fuerte apoyo en las áreas chiítas para la Alianza Iraquí Unida (AIU).
Los resultados definitivos de los comicios serán anunciados dentro de, al menos, dos semanas.
El responsable electoral manifestó que la CEI realizará todas las acciones necesarias para garantizar que el recuento se lleve a cabo de forma «limpia y transparente».
En ese sentido, Iyar pidió cautela a los medios de comunicación a la hora de publicar sondeos o resultados parciales provenientes de fuentes no pertenecientes a la CEI.
Las extremas medidas de seguridad impuestas para la celebración de los comicios impidieron que se produjeran incidentes violentos de consideración.
El más grave ocurrió en la ciudad de Mosul donde un guardia de seguridad de un hospital perdió la vida al ser alcanzado por una granada lanzada contra un colegio electoral vecino.
Horas antes, nada más abrirse los colegios, varios proyectiles de mortero fueron lanzados en la ciudad de Tikrit, cuna del depuesto presidente Sadam Husein, y en la «zona verde», el recinto amurallado del centro de Bagdad, donde resultó herido un soldado de los Estados Unidos.
Un grupo vinculado a Al Qaeda ha reivindicado este ataque en un comunicado por Internet.
A diferencia de las elecciones de enero, -cuando los iraquíes eligieron un Parlamento de transición- esta vez no habrá un distrito nacional único, sino 18, uno por cada provincia.
En teoría, con estas elecciones, concurren más de 7.650 candidatos pertenecientes a 228 grupos políticos -18 de ellos coaliciones- que compiten por los 275 escaños de la nueva Asamblea, se cumple el último plazo del proceso de transición marcado por USA.
Pero, el nuevo Parlamento podría modificar la Constitución, con lo que se convocaría un nuevo referéndum, alargando aún más los trámites.
Sin embargo, se ha logrado que parte de la minoritaria comunidad sunita, que boicoteó los anteriores comicios y el referéndum constitucional del 15 de octubre, participe en esta ocasión en el proceso.
De hecho, en mezquitas del oeste de Bagdad, y de la provincia de Al Anbar, clérigos sunitas han combinado las salmodias con llamamientos a las urnas.
De todas las alianzas políticas, la gran favorita es la Alianza Unida Iraquí (AUI), encabezada por Abdelaziz al Hakim, líder del principal grupo chiíta de Irak. En su seno concurre también el actual primer ministro Ibrahim al Yafari, lider del partido radical Ad Dawa.
Su principal rival es la coalición formada por su predecesor, Iyad Alaui, jefe del Ejecutivo que dirigió el país entre la devolución de soberanía por parte de Estados Unidos y la celebración de las primeras elecciones.
Según diversas fuentes, la Casa Blanca vería con buenos ojos que Alaui volviera a hacerse con las riendas del país.