La narración del reconocido escritor y cineasta formó parte de la conferencia titulada Las huellas de Benjamin Fondane en Buenos Aires, organizada por la Cátedra Libre de Estudios Judíos Moisés Mendelssohn (UBA) dirigida por el Lic. Pablo Dreizik. Fue la VII conferencia magistral del Ciclo de Pensamiento Judío y se realizó en el marco de un convenio entre la Cátedra y la Escuela Martín Buber.
Cuando el ejército nazi ocupa París, Fondane no declara su condición de judío y vive en la ilegalidad hasta que en marzo de 1944 es detenido por la Gestapo, junto a su hermana Line. Ambos fueron internados en el campo de Drancy y llegaron a Auschwitz en mayo. Murieron el 3 de octubre en las cámaras de gas. Desde Argentina Victoria Ocampo intenta conseguir una visa para su amigo, pero no lo logra. Notas de diarios, cartas guardadas por Victoria (entre Fondane y Chestov), películas perdidas, películas heredadas, viajes en barco, pedidos de liberación, conversaciones eternas. Las huellas de Benjamin Fondane permanecen en Buenos Aires y es urgente explorarlas.
“Considerad vuestra simiente, hechos no fuisteis para vivir como brutos, sino para perseguir virtud y conocimiento” (La divina comedia, canto XXVI, Parte El Infierno). El canto vigésimo sexto de la parte del “Infierno” de La divina comedia relata que Ulises abandonó Ítaca nuevamente porque tras años de viajes y aventuras, sentía que aún no conocía verdaderamente el mundo. Ulises está en el infierno, entre otras cosas, por su deseo desenfrenado de conocimiento. Fondane reinterpreta la figura de Ulises en su poema más famoso que lleva el nombre del Rey de Ítaca y se pregunta: “¿por qué quería ir tan lejos, abandonar mi lecho, alimentar mi fiebre con hielo? Judío, naturalmente tú eras judío, Ulises” (Fondane, Ulises). Cozarinsky vuelve una y otra vez a la figura de Ulises como judío diaspórico y lo hace el motivo principal de su conferencia. Primo Levi había tenido la necesidad de traducirle al francés los mismos fragmentos de La divina comedia a su compañero Jean. “Mira, atento Pikolo, abre los oídos y la mente, necesito que entiendas: `considerad´ seguí `vuestra ascendencia: para vida animal no habéis nacido, sino para adquirir virtud y ciencia” (Levi, Si esto es un hombre). Levi se quejaba de su pobre traducción al francés, pero Jean logró entender la urgencia del mensaje.
Hayden White, un gran filósofo contemporáneo afirma que una distinción crucial entre los sistemas biológicos y los sistemas históricos puede hacerse sobre la base de la capacidad que tienen estos últimos de actuar como si pudieran elegir sus propios antepasados. En los sistemas históricos, los hombres eligen un conjunto de antepasados que tratan como si fueran sus progenitores genéticos. “Esta ascendencia ideal puede no tener una conexión física con los individuos que hacen la elección. Pero su elección se hace de tal manera que substituye por estos antepasados ideales a los actuales, heredados genéticamente, pero no determinados socialmente” (White, “¿Qué es un sistema histórico?”). Este mecanismo figural, que se desarrolla a los largo de figuras y cumplimientos, es el que utiliza Fondane cuando prefigura la figura de Ulises como judío diaspórico, como judío exiliado, como judío curioso que no puede abandonar su deseo de conocimiento, aunque esto lo lleve al infierno. Cozarinsky termina su charla agradeciéndole a Fondane: las copias de las películas de vanguardia que trajo el poeta a Buenos Aires terminaron en la Cinemateca Argentina y Cozarinsky pudo ver Un perro andaluz cuando era apenas un adolescente. Fondane, es el antepasado elegido por Cozarinsky. En los estudios judíos también prefiguramos y figuramos, volvemos a elegir a Benjamin Fondane, a Primo Levi, volvemos a elegir a Ulises, “virtud y conocimiento”.
* Lic. en Filosofía, y docente de la Cátedra Libre de Estudios Judíos Moisés Mendelssohn (UBA)