Entrevista exclusiva a Mario Cimadevilla, a 25 años del atentado

«Hoy el poder político no tiene ningún interés en avanzar en la Causa AMIA»

El Dr. Mario Cimadevilla tuvo a su cargo la Secretaría que se creó en el año 2015 para el seguimiento de las causas del atentado a la AMIA dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Renunció a la misma denunciando al ministro de Justicia de la Nación, Dr. Germán Garabano, por presunto encubrimiento y "amiguismo", al ordenarle que no se pida por parte de la querella de ese ministerio condenas para los ex fiscales Mullen y Barbaccia entre otros imputados. En esta entrevista exclusiva para Nueva Sión, Cimadevilla dice que la causa está parada “hace años”, y que se mantiene viva sólo por la perseverancia de los familiares de las víctimas ya que “hay todo un entramado político, judicial y de servicio sobre el cual no han querido avanzar para determinar lo que realmente sucedió”.
Por Manuel Beer

-¿Por qué creés que, a 25 años del Atentado a la AMIA, no tenemos justicia y no hay ningún culpable preso?
-Evidentemente creo que hay responsabilidades políticas más allá de la investigación judicial. Si analizás la investigación que se hizo sobre el atentado vas a ver cómo se mezclan interferencias entre el poder político, servicios de inteligencia, fuerzas de seguridad y jueces. Fijate que en la causa llamada de Encubrimiento están procesados y condenados el juez que investigó, el jefe de los servicios de inteligencia, estuvo investigado el presidente de la Nación, jefes de seguridad, los fiscales. Evidentemente hay todo un entramado político, judicial y de servicio sobre el cual no han querido avanzar para determinar lo que realmente sucedió con el atentado.

-¿A qué atribuís las maniobras para afianzar el encubrimiento, pasados ya 25 años?
-Si analizás la historia de la causa judicial, vas a ver que una de las pistas que se investigaba afectaba a amigos y parientes del expresidente Carlos Menem. Si observás cómo se compran pruebas para desviar la investigación, evidentemente esto reafirma que ha habido un interés por parte de la política de orientar la investigación, o por lo menos de dejar de lado la investigación de ciertas pistas. En esto hubo obviamente complicidad de Poder Judicial, y sin dudas han sido utilizados los servicios de inteligencia. En esa causa, el propio James Cheek, el embajador estadounidense en la época del atentado, hoy, habla concretamente de que no existen pruebas duras que permitan avanzar sólo en la pista iraní. Esto hoy se conoce porque se ha levantado el secreto sobre algunos informes de los servicios de inteligencia norteamericanos. Creo que habría que haber investigado todas las pistas y no haber dejado de lado ninguna.

-¿Puede la «Justicia» juzgarse a sí misma? ¿Creés que vivimos en una república con división real de poderes?
-Tengo una visión muy crítica en general de lo que es la justicia en la Argentina. El poder político ha entendido durante muchísimos años que los jueces deben ser jueces del poder, no de la Ley y de la Constitución, y hay un sector muy grande del Poder Judicial que se siente mucho más cómodo con ese rol. Esto vale para todo, no solo para el tema AMIA. De todos modos, quiero aclarar, la que investiga los hechos delictivos, los jueces y los fiscales es la Justicia. Nuestra unidad lo que hacía era dar apoyo.
Una de las cosas que advertimos es que si vos no incorporás tecnología a esa investigación, donde hay medio millón de fojas acumuladas, es imposible llegar a ningún tipo de esclarecimiento. Nosotros tuvimos la suerte de haber podido enviar una persona en mayo o junio, no recuerdo bien ahora, del año 2016, a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, donde uno de los puntos que se trataban en esas jornadas era cómo se habían investigado atentados terroristas como el de la AMIA en el mundo. La persona que fue, un gran colaborador nuestro, lamentablemente fallecido, Athos Saguier, trajo informaciones realmente muy buenas y había dicho cuáles eran las consultoras que tenían tecnología para investigar este tipo de atentados. Eran dos o tres, no había más en el mundo. Se hicieron reuniones en Londres con una de esas firmas, a través del Ministerio de Modernización (al que habíamos interesado para que la contrate, ya que no teníamos presupuesto). Para que te des una idea, una de las preguntas que hicieron en esa consultora fue qué causa queríamos investigar, y cuando se les dijo AMIA, ellos lo “googlearon”, sin leer antecedentes de la investigación, y después de leer la digitalización de la causa que les dimos, nos pidieron “Armas”, “Río Tercero”, “Lourdes Di Natale”, un montón de causas en la que ellos habían observado cómo se repetían nombres, cómo el poder había interferido, cuáles habían sido los magistrados que habían investigado. Con lo cual, hay toda una trama de negocios y actos ilícitos que involucran al poder político, al poder judicial y a los servicios de inteligencia.

-¿Creés que será posible llevar a juicio a los encubridores de los encubridores?
-Los encubridores de los encubridores quedaron condenados: Galeano, Mullen, Barbaccia, recibieron una sentencia condenatoria a fin de febrero pasado. A mí me habían pedido que vaya a pedir la absolución de algunos de ellos. Nosotros entendíamos que había elementos que ameritaban pedir condenas, no la absolución. Así que tuvimos una diferencia muy grande con el ministro Germán Garabano. Y entonces terminaron disolviendo la Unidad, cambiando de apoderados en la querella, y los mandaron a pedir la absolución de algunos que luego terminaron condenados. Creo que eso fue lamentable.

-Luego de tu renuncia a la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA, denunciaste al actual ministro de Justicia Garabano por presunto encubrimiento y «amiguismo» hacia los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. ¿En qué estado está dicha causa?
-En realidad fue más amplia la denuncia, yo también me denuncié. Vengo de una provincia donde nuestra Constitución dice que cuando un funcionario público es acusado, tiene la obligación de él mismo acusarse para vindicarse. Como cuando fueron a la audiencia a pedir la absolución, las querellas comenzaron a hablar de encubrimiento del poder político, hicieron acusaciones que también involucraban a mi persona. Lo que hice fue presentarme ante el juez y decirle: “Mire: pasó esto. Yo quería ir a acusar, no me dejaron. Fueron a pedir la absolución, pero en las querellas ahora dicen que hay toda una maniobra política donde también me rozan las acusaciones, entonces yo quiero que se nos investigue a todos, al ministro, al secretario de Justicia, a los abogados, a mí, que estaba a cargo de la Secretaría, que se nos investigue a todos”. Pero bueno… la denuncia no prosperó. Ni siquiera la sortearon para ver qué fiscal tocaba, qué juez tocaba… esto es parte de esta trama de encubrimiento.

-Cuando me refería a los encubridores de los encubridores te preguntaba si también en los actuales funcionarios políticos y judiciales ves nuevos encubridores.
-Hoy el poder político no tiene ningún interés en avanzar en la Causa AMIA. No les interesa saber lo que pasó. Además, te aclaro que la causa está parada hace años. Vos sabés que, en la Justicia Argentina, si bien no hay ninguna ley que lo prohíba, entienden los jueces que si los imputados no están presentes, las investigaciones no pueden avanzar. ¿Qué es lo que ocurre aquí en la Argentina? Había cinco iraníes imputados, ahora hay cuatro porque uno murió. Irán como país tampoco responde, entonces la causa está totalmente paralizada.
A nosotros se nos ocurrió -para que la causa no se pare- elaborar un proyecto de ley para juicio en ausencia, más allá de que somos plenamente conscientes de la controversia que esto genera dentro del campo doctrinario y político. Lo trabajamos con los bloques políticos del Senado y abarca una serie de delitos que se han transnacionalizado, como son tráfico de armas, terrorismo, trata de personas, narcotráfico. Pero nunca pude lograr que el Poder Ejecutivo lo acompañara. Vuelvo a repetir, yo sé que esto genera controversias y discusiones, pero no hay manera de avanzar en la investigación si no se sanciona algún tipo de ley que permita hacerlo. La Corte Suprema de Justicia de la Argentina tiene convalidado este instituto jurídico, lo hizo en el caso de la extradición de Erich Priebke, que fue juzgado en ausencia. Otro caso que convalidó la Corte fue el de Astiz, pero a éste no lo extraditaron porque estaba cumpliendo penas de prisión en la Argentina.

-Una vez hecha pública tu renuncia y los motivos de la misma, ¿se te acercó algún directivo de AMIA o DAIA para interiorizarse acerca de lo ocurrido?
-No. Ellos tenían una posición y yo la respeto. Yo no voy a polemizar con los que tengan posiciones distintas en la querella. Tanto DAIA como AMIA, incluso, también fueron a pedir la absolución de algunos de los imputados. Hubo diferencias entre ellos, que fueron públicas, entre Zbar y la gente de la DAIA. Pero bueno, más allá de lo que hagan las instituciones, con algunos tuve polémicas públicas, yo quiero expresar el reconocimiento a los familiares de las víctimas, estén donde estén. Estén en Memoria Activa, estén en 18J, estén en APEMIA. La Argentina no ha pasado tanta vergüenza con esta causa gracias a los familiares de las víctimas. ¿Sabés por qué? Porque gracias a ellos todavía la causa sigue viva, si no se hubiese muerto.

-En relación a las penas para los imputados que fueron pedidas por las querellas, ¿con cuál acordás más en virtud a tu conocimiento de la causa?
-No recuerdo bien las penas ahora, pero sí en su momento las miré y me parecían que eran penas leves o por lo menos atenuadas frente al tipo de delitos que se investigaba. Estamos hablando de jueces y de fiscales que encubrieron, no son ciudadanos comunes, y yo creo que se debió haber analizado con mayor severidad al momento de aplicar penas.

-Algo más que quieras compartir en relación a tu experiencia con la causa.
-A mí me gustaría, porque creo que se puede, que alguna vez el poder político tome la decisión en serio de averiguar qué pasó en la causa. Se puede, se puede. La experiencia que yo tuve es que hay tecnología que permite avanzar en la investigación, que se podría llegar a esclarecer esto. Pero requiere no sólo de jueves probos, sino también de que haya voluntad política para que esto se haga.