Golda y Eva

Una fotografía de dos mujeres dialogando sentadas, nada menos que Eva Perón y Golda Meir, fue el disparador de una detallada indagación acerca del contexto que desencadenó ese encuentro, que refleja fielmente las excelentes relaciones entre Argentina e Israel durante la década del ’40.
Por Darío Brenman

Durante la primera presidencia del Gral. Juan Domingo Perón, hubo una excelente relación entre el gobierno peronista, el Estado de Israel y la comunidad judía argentina. “Esto no se debió a un especial amor a la civilización hebrea sino a su esfuerzo para quitarse de encima cualquier sospecha de antisemitismo. Pese a lo que se suele pensar, él entendía que para el éxito de su plan de modernización e industrialización, debía acercarse a los Estados Unidos. Y como creía en forma exagerada en la influencia de los judíos en Norteamérica, hizo todo lo posible para mejorar su imagen y cultivar buenos vínculos con Israel”, sostuvo el investigador Raanan Rein en una nota publicada en el diario Clarín.
Si uno indaga dentro del Partido Justicialista, había sectores de extracción socialista que luego se unieron al peronismo que tenían mucha simpatía hacia la resistencia judía en contra del Mandato Británico, hacia los sobrevivientes del Holocausto y creación de un Estado judío en Medio Oriente.
Cuando se aprobó la creación del Estado de Israel en la ONU en 1947, el gobierno se mantuvo neutral, pero después, se plegó al resto de los países de América latina en establecer relaciones diplomáticas. Perón, incluso envió una carta personal a su colega israelí, Chaim Weizmann, por intermedio de Sujer Matrajt, uno de los dirigentes de la OIA. Al poco tiempo nuestro país se convertía en el primer país latinoamericano con una representación diplomática en Tel Aviv, AL nombrar como ministro plenipotenciario a Pablo Manguel, un destacado activista de la OIA.
Ese año, relata Ranann Rein en su libro En Argentina, Israel y los judíos: “Cuando comenzó a divulgarse la noticia de la creación del Estado judío, decenas de miles de judíos exaltados se reunieron en Retiro. En una atmósfera festiva y con sonadas ovaciones se acogieron los discursos de siete dirigentes comunitarios, cinco representantes de la Palestina judía y del veterano dirigente socialista Enrique Dickmann, quien pese a su salud precaria no quiso perderse el momento histórico. Terminado el acto, los participantes comenzaron a marchar por las calles céntricas de la ciudad hacia el barrio de Villa Crespo, en el que habitaban numerosos judíos. Muchos, judíos y gentiles, fueron sumándose a las largas columnas, saludaron a los manifestantes o echaron flores desde las ventanas a su paso. Casi nadie en ese momento concebía la posibilidad de incitar en contra de los judíos por su presunta «doble identidad».
Argentina fue el primer país en enviar víveres a la nueva nación. En 1949 la Fundación Eva Perón proveyó de alimentos, medicinas y frazadas en gran cantidad al pueblo israelí para contrarrestar sus crecientes penurias luego de su creación. Y no sólo eso; el diplomático Pablo Manguel, primer embajador de Argentina en Israel, contó: “Fui testigo y partícipe directo del apoyo brindado por el gobierno peronista al pueblo judío que se debatía en tiempos de posguerra entre el hambre y el desarraigo (…). Se le otorgaban amplias facilidades a los judíos que huían de la Europa deshecha y que casi siempre llegaban sin documentos”. Respecto a la aceptación de refugiados judíos, Manguel destacó que “EE.UU. no permitió la entrada de un buque que había partido de Chipre repleto de exiliados judíos que Evita no solo recibió sino que se preocupó por darles trabajo” (“El Peronismo nunca fue antisemita”, Roberto Baschetti, Documento de Trabajo).
En su sitio de Facebook “Un bacari suelto en Israel”, Sergio Bacari también indagó sobre este tema en los archivos oficiales de ese país. “En los archivos de Israel, Evita está considerada como un personaje ejemplar quien ayudó a su marido, Juan Domingo Perón, a subir a la presidencia desde el puesto de Ministro con la ayuda de la mayoría del pueblo. Ya con Perón en el poder, ella se encargó de los asuntos sociales, salud, bienestar y trabajo del país. Entre sus fundaciones, había una que se encargaba de prestar ayuda a países necesitados y fue así como al menos cinco barcos llenos de ropa, comida y remedios llegaron a Israel destinados a las «maavarot» (chozas en las que vivían los inmigrantes hasta recibir viviendas normales)”. Evita es considerada una pionera, como Golda Meir, del levantamiento feminista y a pesar de que nunca pudo gobernar, su influencia nunca dejó de tener efecto.
Otro testimonio reproducido en la misma red social lo expresa Dvora Shejner, una argentina militante de Hashomer Hatzair, que hizo alía en 1948 y fue una de las fundadoras del kibutz Gazit. Shejner escribió en su libro Evita, editado en hebreo en 1994, un capítulo sobre la amistad entre Eva Perón y Golda Meir. Las describe como “dos mujeres superpoderosas, que se admiraban una a la otra, una Ministra de Exteriores de Israel y la otra sin cargo político oficial pero obrando para el bien de su pueblo”. Los encuentros entre ambas dirigentes se produjeron durante una de las visitas de Golda Meir a su despacho de Buenos Aires en el año 1951. Shejner concluye su libro con el siguiente comentario: “Todos aquellos que alguna vez nos reímos de ella, hoy la admiramos y le decimos ‘gracias’. Hasta hoy día en el comedor del kibutz hay colgado un cuadro con la foto y la firma de Evita, en un kibutz fundado por socialistas argentinos que alguna vez fueron antiperonistas”.

Respecto al hallazgo fotográfico de las dos líderes, se sabe que en 1951 Golda Meir viajó a Argentina y Eva insistió mucho para que conociera las actividades de la Fundación. Golda, que en ese momento era ministra de Trabajo, creyó que Eva hacía un buen trabajo desde ese lugar. De ese encuentro es la foto que se visualiza en esta nota.
En un testimonio autobiográfico, la propia ex primer ministra Golda Meir revela distintas circunstancias de su relación con Argentina: “Visité Buenos Aires en tres ocasiones: en abril de 1951, como ministra de Trabajo, cuando fui recibida por Eva Perón; en 1958, siendo la Canciller israelí; y en 1968, como Secretaria General del Partido Avodá. Gran cantidad de público se dio cita cada vez que yo me dirigí a los estadios argentinos, como el Luna Park de Buenos Aires. Me abracé con Eva Perón por la labor realizada a favor del Estado de Israel. Argentina fue uno de los pocos países que brindaron ayuda humanitaria durante la guerra de la independencia israelí, hasta el día de hoy pueden verse en algunos kibutz muebles, implementos agrícolas, frazadas y sábanas con el sello de la Fundación Eva Perón”.
En junio de 1951, el Presidente de Israel, Dr. Chaim Weizmann, le obsequió una Biblia antigua a su par argentino, como gesto agradecido por la solidaridad de su gobierno con el Estado de Israel, y el 5 de julio de este año una delegación de la colectividad israelita visitó a Perón a la Casa Rosada para apoyar públicamente su reelección presidencial.