El protagonismo femenino en la historia del movimiento juvenil judeo sionista

“Nosotras, mujeres de Hashomer Hatzair”

Un día, la joven brasileña Mariana Temido percibió que había una historia que aún no había sido relatada, y que era necesario testimoniar: la del protagonismo de las mujeres en la historia de su propio movimiento. Así, comenzó un vasto trabajo de indagación que culminó en la publicación del libro “Nós, mulheres do Hashomer Hatzair”, editado en portugués y de próxima edición en inglés. Presentamos aquí su testimonio en primera persona, en el que cuenta sobre sus motivaciones, sus fundamentos, y convoca al empoderamiento femenino en los pequeños y grandes espacios.
Por Mariana Temido

Mi nombre es Mariana Temido. Actualmente trabajo como Pehila Mekomit (activista local) en el movimiento Hashomer Hatzair Río de Janeiro. Formé parte de la tnuá (movimiento) desde mis 8 años. Hice Shnat Hajshará (Seminario de Educación no Formal en Israel) en 2014, fui Rosh Jinuj (Responsable de Educación), bogueret (egresada) y Mazkirá (Secretaria General) Latinoamericana de la tnuá en mis años post shnat (seminario en Israel).

En 2017 tuve la oportunidad de hacer parte de la Veida Olami (Asamblea Mundial) de Hashomer Hatzair, momento en el cual conocí muchas mujeres inspiradoras, y tuve el tiempo de sentarme y aprender más de generaciones diferentes de Hashomer Hatzair. A partir de esa posibilidad, en 2017 empecé una investigación sobre el protagonismo femenino en mi tnuá. Esa investigación ahora es un libro, que en este exacto momento que les escribo está siendo traducido al inglés, y espero que un día también al español. Para contarles un poco del libro, les comparto parte de la introducción que escribí:

El objetivo de este libro es mostrar tanto para shomrot/im (integrantes de Hashomer) como para personas de afuera del movimiento juvenil que leen sobre nuestra historia, que las mujeres de Hashomer Hatzair existen, existieron y siempre fueron protagonistas de luchas en nuestra tnuá. Por mucho tiempo busqué en los archivos de kenim (las sedes que el movimiento tiene en cada localidad) y en bancos de datos virtuales, nombres de mujeres, con el objetivo de traer a los janijim/ot (compañeros/as) un conocimiento que exceda a las figuras masculinas. Luego descubrí que esos nombres, por lo menos en las reducidas fuentes de Latinoamérica, poco existían, pero, al mismo tiempo, yo sabía que esas mujeres con toda la certeza tuvieron un rol importante en nuestra misión como Hashomer Hatzair. Después de mucho reflexionar, llegué a la conclusión de que, como siempre, las mujeres debemos buscar lo que queremos por nosotras mismas. Así fue durante todo nuestro proceso histórico de luchas y de conquistas de derechos, y, quizás, sea así para siempre. De esa forma, tuve una certeza: si yo no encuentro documentos de esas mujeres o referencias a ellas, nadie logrará acceder a ese material, cada vez más esas personas y sus historias se tornan más antiguas y olvidadas.
Es necesario empezar hoy a compilar todos esos nombres. Basta de hablar sobre feminismo y seguir utilizando apenas fuentes de ejemplos de hombres para explicar nuestra historia. Es por esas cuestiones que estoy acá, intentando expresar los hechos de todas las mujeres fuertes, inteligentes, maravillosas y tan admiradas, los ejemplos que esas personas son y todavía serán para nosotros. Y yo les garantizo: nuestros días de silenciamiento terminan hoy.1

A partir de esa parte de la introducción del libro, creo que queda más que clara mi idea y objetivo con esa investigación, que es traer a la comunidad judía el tema del protagonismo femenino, pero no simplemente cuando se hace una charla sobre el tema, sino como herramienta educativa. El libro en su primera parte es la historia de Hashomer Hatzair contada a partir de nombres femeninos. Se cuenta el marco general del movimiento, pero a través de historias personales de mujeres que estaban en esos momentos. La segunda parte son relatos de mujeres en todos los países donde Hashomer tiene sedes, contando qué es y cómo se desarrolla el feminismo en su ken (sede). Interesante decir que esa parte cuenta con relatos de mujeres de 20 años, pero también de post bogrot (egresadas) de 80 años, incluso personas que fundaron kenim, como Tamar Campos, fundadora de Hashomer Hatzair Venezuela.
La idea de estructurar la investigación de esta manera surgió porque, así como nosotros usamos jaguim (fiestas judías) y marcos sionistas para educar temas diversos, es posible e importante que pasemos a usar textos e historias de mujeres para explicar temas comunes, del día a día. Permitir y ayudar que cada vez más mujeres ocupen espacios de liderazgo y que sean conocidas no pasa solamente por hacer charlas sobre esas personalidades, sino también por valorar y divulgar sus trabajos e historia cuando se habla de cualquier tema sobre el cual alguna mujer haya escrito.
El desafío actualmente no es que conozcan el feminismo, sino que nuestro protagonismo femenino se realice naturalmente, por ejemplo, utilizando nombres de mujeres que escriben sobre la Shoá, para contar nuestra historia en la Shoá. Eso es usar el feminismo como eje educativo, y no solamente como un fin educativo.

Mi cuestionamiento acá pasa por algo más profundo que discutir la teoría feminista, porque exige del educador la búsqueda por otros textos, que muchas veces desconoce. Entender que aún falta demasiada lucha por el protagonismo femenino, pasa por la comprensión de que la mayor parte de nuestro día a día es masculinizada y protagonizada por hombres, y, es más: que ese fenómeno no es siquiera percibido. A partir de eso, pregunto, en proporción, ¿cuántos columnistas o periodistas mujeres leés? ¿Y hombres? El mundo es escrito por las lentes del hombre, y eso no sería problemático si tuviéramos las mismas proporciones de lecturas del mundo hechas por mujeres.
Por eso, mucho de lo que se proyecta y planifica actualmente es pensado para un hombre medio, y no para especificidades de minorías, como mujeres. Ni la iluminación de una ciudad ni los baños públicos son planeados para mujeres, porque la verdad es que no fue pensando en mujeres cuando fue planificada la ocupación del espacio público, las caminatas solitarias por las calles, el cuidado de su nene y otros millones de particularidades que pasan por el ser mujer, o que son en general asignadas a mujeres.
A partir de esa breve experiencia de investigación, resumida en un todavía más breve texto en este espacio, propongo intentar buscar las historias de mujeres cercanas a vos que todavía no conoces. El empoderamiento femenino que tanto buscamos no es hacer que ninguna mujer sea perfecta, sino que -con lo que tenga- esa persona se sienta perfecta, se valore, crea en sí misma y en su capacidad. Por eso, escuchar, documentar, contar y educar a partir de relatos de mujeres es tan importante. La identificación de chicas con historias de mujeres que lograron algo es común y obvio, pero con hombres como sujetos. Con esa práctica educativa, les garantizo, estaremos permitiendo crecer a chicas mucho más confiadas en sí mismas, que ocuparán espacios importantes en la tnuá, en nuestra comunidad y en la sociedad, y así estaremos caminando un paso más por nuestra tan esperada igualdad.

1. Nós, mulheres do Hashomer Hatzair. Mariana Temido, Letras e Versos, 2018, Rio de Janeiro. Traducción libre del portugués.