Los detenidos son Yamine Bouhrama, de 32 años, Khaled Serai, de 35, y Mohamed Larbi, de 31. Todos, supuestamente, están relacionados con células del Grupo Salafista para el combate en Europa.
Los italianos los tenían bajo control hace meses y decidieron arrestarlos cuando supieron que uno de ellos estaba a punto de abandonar el país.
El seguimiento de los tres argelinos comenzó en 2002, cuando los servicios de inteligencia militares italianos avisaron sobre las actividades de un grupo de personas que estaban trasladandose de Nápoles a Vicenza.
Según la Policía, el papel de los detenidos no era sólo logístico, sino «potencialmente operativo», y todos tenían contactos internacionales.
Según las primeras informaciones, uno de los tres había recibido entrenamiento en campos de Afganistán y Chechenia, y mantenía contacto con personas investigadas por supuesto terrorismo en el Reino Unido.
Según las estimaciones de la Inteligencia italiana, hay entre 300 y 400 extremistas en su territorio, principalmente en el norte del país.