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Tambien identifican al autor del atentado a la Embajada

Nueva Sión ha podido determinar que los renovados criterios investigativos desplegados en la causa AMIA estarían produciendo efectos en la postergada pesquisa del atentado cometido el 17 de marzo de 1992 contra la sede de la entonces Embajada de Israel, en la céntrica calle Arroyo. El sorprendente descubrimiento, que estaría por anunciarse en vísperas del próximo acto de reclamo o visita de funcionarios extranjeros a nuestro país, ha desbaratado la doble vida llevada por años por quien habría sido el conductor suicida de la camioneta cargada de explosivos que demolió la sede diplomática.

Por Horacio Lutzky

Se trata de una persona de sexo masculino, mayor de edad, conocida en nuestro país por el nombre de guerra ‘Mingo’.
Su muerte fue denunciada el 20 de julio de 1989, pero según hoy se revela, sólo se trató de su pase a la clandestinidad. Esta última circunstancia fue confirmada por gran cantidad de testigos, quienes coinciden en afirmar que no lo han vuelto a ver desde esa fecha.
‘Mingo’ había sido objeto de una intensa tarea de adoctrinamiento desde muy joven, y aprendió a cubrir su preparación mediante una tarea profesional de superficie muy visible, que incluso lo llevó a los medios de comunicación social en numerosas oportunidades a lo largo de su meticulosa instrucción.
Sin embargo, los investigadores han podido confirmar que su participación en proyectos públicos siempre ha sido parte de su orientación para el terrible cometido final, tal como lo demuestra la sola enumeración de las películas que lo tuvieran como partícipe necesario:
“Las Procesadas” (1975), “Brigada en acción” (1977), “Amigos para la aventura” (1978), “Mingo y Aníbal contra los fantasmas” (1985) y “Tres alegres fugitivos” (1988)
Sobre el particular, un testigo de identidad encubierta declaró que “Mingo” (o “Minguito” para sus lugartenientes) contaba con la compañía permanente de un individuo conocido como “el sopre”, quien en realidad oficiaba como su guardaespaldas. Asimismo, refirió haberlo escuchado pronunciar frases como “abarajame la cámara” y otras expresiones fundamentalistas. Además, otros testimonios igualmente concluyentes afirmaron sin dudar que permanentemente este individuo se refería a “el ruso” en forma denigratoria y cargada de resentimiento, preanunciando su dramático propósito criminal.
Un informe de la FIFA agregado a la causa señala que en una oportunidad -semanas o meses antes del atentado- “Mingo” pasó caminando lentamente por la Av. Carlos Pellegrini y Arroyo, a menos de 60 metros de la Embajada, tras lo cual se quedó en la zona supuestamente para comprar cigarrillos en un kiosko desde el cual se divisaba el objetivo terrorista, siendo que sus familiares confirmaron que “Mingo” en esa época nuevamente había dejado de fumar. Los investigadores ya cuentan con la historia clínica del terrorista de la cual surge con claridad la prohibición de fumar.
Ante la contundencia de la información recabada, los funcionarios judiciales junto con abogados, autoridades de la dirigencia comunitaria, periodistas, relacionistas públicos, cantantes, artistas plásticos, recitadores de poemas y administradores de consorcios, se aprestaban por estas horas a difundir la foto del terrorista, que se reproduce a continuación, con lo cual tras casi 15 años de pacientes labores, la investigación llega a su fin: