La Fiscalía que investiga el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina en Buenos Aires anunció, el pasado miércoles 9 de noviembre, que ha sido identificada la persona que se inmoló frente a la sede de la AMIA. Precisó que se trata de Ibrahim Hussein Berro, quien pertenecía a la milicia chiíta libanesa Hezbollah.
Nisman considera probado que el suicida, entonces de 21 años, ingresó al país a través la Triple Frontera que comparte Argentina con Brasil y Paraguay, poco antes del 18 de julio de 1994, día del atentado que costara la vida a 85 personas.
Pero la noticia no es noticia porque la Justicia ya había identificado, hace varios años, al supuesto conductor suicida Ibrahim Hussein Berro. Lo que faltaba, en todo caso, era tomar declaración testimonial a los 2 hermanos de Berro que residen en los Estados Unidos.
En marzo del año 2003, antes de las elecciones, el entonces secretario de Inteligencia de la SIDE, Miguel Ángel Toma, difundió un informe que él llamó ‘final’ sobre el atentado contra la sede de la AMIA.
Aquel trabajo consideró responsable del atentado a Irán, a través del grupo armado Hezbollah, y sostuvo que el grupo de terroristas que ejecutó la operación ingresó por la Triple Frontera, incluido el suicida.
Agentes de la SIDE «identificaron al terrorista e, incluso, viajaron a su pueblo natal, donde se lo honra como a un mártir e incluso tiene una plaza a su nombre como reconocimiento al segundo atentado terrorista que vivió la Argentina».
“Por un lado -explicó Nisman- teníamos la información de Inteligencia que decía que el suicida era Berro y por el otro la del Hezbollah que lo desmentía”.
El 9 de septiembre de 1994 -a las 8 horas-, Hezbollah comunicó a través de una emisión de Radio NUR, de El Líbano, que Ibrahim Hussein Berro, miembro de esa organización, había muerto en un combate contra el ejército Israelí en el sur del país.
Con el fin de corroborar la hipótesis de la SIDE se entrevistó, por medio de una fiscal americana, con dos hermanos de Berro residentes estadounidenses.
“En un trabajo conjunto que empezó a fines de marzo de este año entre la SIDE y funcionarios del FBI, tanto de aquí como en la ciudad de Detroit, se logró detectar que en esa cuidad estaban residiendo dos hermanos de Ibraim Hussein Berro”. Luego de entrevistarlos, los investigadores pudieron determinar que Ibarim Hussein Berro era un activo militante del Hezbollah.
El suicida, relataron los fiscales, tenía un hermano mayor que también se había inmolado en 1989 y que su padre participaba en movimientos terroristas. Además, se informó que el suicida vivía en El Líbano y que había desaparecido durante unos meses, en los que habría estado entrenándose para el atentado.
El nombre de Berro ya había aparecido en el informe de inteligencia de la SIDE elaborado el año pasado, donde también se mencionaba que el joven, habría entrado al país por la Triple Frontera con la ayuda de un tal Ahmed Saad.
Al regresar de los Estados Unidos, Nisman y su gente estuvieron con María Nicolasa Romero, la única testigo de la causa que aseguró haber visto el rostro del conductor de la Trafic segundos antes de la explosión de la AMIA.
Romero vio dos fotos. Una de cuando Berro tenía 16 años, y otra de Berro con bigotes algunos años después. Finalmente, al ver el identikit que ella misma describió 11 años atrás, encontró “un gran parecido físico, en el rostro, en sus cejas y en la contextura de la cara, pero aclaro que no estaba cien por ciento segura”.
“Uno de los desafíos de esta causa -dice el informe entregado por la Fiscalía a la prensa- consiste en lograr la judicialización de la información obtenida por medio de los servicios de inteligencia. Y esto es lo que se hizo aquí, ya que ha determinado un importante paso en la pesquisa”.
El fiscal adjunto Marcelo Martínez Burgos, a cargo junto con Nisman de la Unidad Fiscal de Investigación para la causa AMIA, resaltó que se llegó a este resultado tras casi ocho meses de investigación.
“Manejábamos esta información desde febrero -sostuvo Burgos-. Estuvimos realizando distintas acciones, asistimos a audiencias con dos hermanos del suicida llevadas a cabo por fiscales de Detroit, con la colaboración del FBI y del Departamento de Justicia de los Estados Unidos”.
“Tenemos mucha confianza de que vamos a avanzar un poquito más. No prometemos resultados, sino mucha gestión, mucha seriedad y sobre todo legalidad en cuanto a como producir, presentar y preservar la prueba”, finalizó el fiscal.
A pesar del optimismo demostrado por los fiscales Nisman y Martínez Burgos, muchas son las dudas que continúan flotando en el aire por lo que sería más que prudente disponer de un mayor grado de cautela hasta ver hacia dónde conducen sus investigaciones.
A excepción de la foto, y a pesar de cierto grado de euforia, no parece haber nada nuevo en la causa.