Turquía adentro:

Europa con lunas y estrellas

Tras un dramático tira y afloja, la Unión Europea dio luz verde a las negociaciones de ingreso de Turquía a la Unión Europea. Jack Straw y Abdula Gül iniciaron conversaciones en una ceremonia simbólica. La noticia causó furor en Turquía donde la prensa amaneció salpicó sus tapas e informativos de titulares entusiastas. Al fin y al cabo Ankara esperó este momento por 40 años. Sin embargo entre la población el júbilo no era el mismo y reflejaba cierta decepción por la disputa del continente acerca del ingreso turco al selecto club europeo.

Por Eva Usi

En Alemania, el canciller Gerhard Schröder, uno de los principales defensores del ingreso de Turquía en la Unión Europea, celebró el éxito en Luxemburgo, que calificó como ‘el cumplimiento de una promesa que hizo la UE a Turquía hace más de cuarenta años’. Schröder vaticinó negociaciones largas y complicadas y recomendó a Ankara continuar el camino de las reformas.

Brindis de madrugada

El ministro del Exterior turco, Abdullah Gül, arribó a Luxemburgo a la medianoche del lunes 3 de octubre para iniciar, en una ceremonia simbólica, las conversaciones de adhesión. Gül y su par británico, Jack Straw, cuyo país tiene la presidencia en turno de la UE, firmaron el acuerdo marco que abre las negociaciones de adhesión entre la UE y el país musulmán. ‘Hemos escrito historia’, dijo el canciller británico, mientras que su homólogo turco calificó el momento como de un ‘cambio trascendental en las relaciones entre su país y la UE, que sin duda transformará a Turquía’. Según fuentes diplomáticas, la declaración ‘constructiva’ de Turquía arrancó una ovación entre los presentes.

Bloqueo austriaco

Las negociaciones entre los ministros de la UE, reunidos en Luxemburgo, estuvieron a punto de fracasar debido a la oposición de Austria y Chipre. Pero, tras extensas negociaciones, la presión de los otros 24 países acabó doblegando la resistencia de ambos países. En el texto oficial quedó la formulación de diciembre pasado que precisa que las negociaciones con Turquía tienen como objetivo su adhesión. Viena aceptó que la membresía plena esté condicionada al proceso de negociaciones.

Un nuevo orden del caos

El canciller alemán, Joschka Fischer reconoció que las negociaciones de adhesión con Turquía durarán por lo menos una década antes de que el país islámico adquiera plena membresía. ‘En el transcurso de ese tiempo también la Unión Europea tendrá que transformarse’, dijo. Fischer, quien ya anunció su dimisión como ministro.
Analistas turcos pro-occidentales califican el acuerdo como estratégico, toda vez que Turquía ha dejado de ser el aliado de la OTAN que en los tiempos de la guerra fría custodiaba el flanco sudeste del continente.
Turquía es, ahora, un socio fundamental en el crítico Medio Oriente y el mundo árabe. En todo caso, pese a los comprensibles temores de europeos y de la población turca misma, lo cierto es que las negociaciones serán largas y complejas. Europa demanda reformas y mejoras en temas fundamentales como democracia, Derechos Humanos, la cuestión armenia, el conflicto kurdo y el problema chipriota.
Además hay cuestiones prácticas que el país tendrá que implementar como son la integración de 35 capítulos del derecho comunitario en sus propias leyes. Lo que se traduce en 35 posibilidades para que un país miembro de la UE bloquee el proceso utilizando su derecho de veto.