Como israelíes de origen argentino, Gurvich y Slutzky obligados a enfrentar a los nacidos en el lugar -los “tzabarim”- que les preguntan -con preocupación, como provocación o con incomprensión-: “Porqué los judíos argentinos no emigran a Israel? Cómo puede ser que los judíos se queden en la Argentina, a pesar de todo…?”.
Detrás de estos difíciles interrogantes se encuentra el conocimiento a través de los medios de comunicación de una Argentina en la que -en los últimos años- se produjeron dos de los tres más graves atentados antisemitas desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial: los trágicos ataques contra la embajada israelí en marzo de 1992, y el Edificio de la AMIA en Buenos Aires en julio de 1994. Un país en el que, ya en 1919, se produjo un pogrom de grandes magnitudes y cantidad de muertos; un país en el que encontraron refugio algunos nazis y sus colaboradores; un país en el que casi 2.000 judíos fueron desaparecidos y asesinados durante la última dictadura militar -en una proporción 20 veces mayor que la del resto de las víctimas de la sociedad general-. Un país en el que la pauperización de la clase media -a la cual pertenecen o pertenecían los judíos en su enorme mayoría- es continua durante los últimos 20 años y, especialmente, crítica desde fines de los ´90.
De esta manera, resulta lógico preguntar y preguntarse en Israel: “¿Porqué vuestros judíos argentinos no emigran a Israel? ¿Cómo es que se quedan a pesar de todo…?”.
“Nosotros podríamos -dicen los realizadores- agregar otras tantas preguntas, que no tienen una única y cierta respuesta: ¿Por qué, a pesar de haberse integrado positivamente a Israel los 80 mil judíos argentinos que llegaron en los 57 años de existencia del Estado; por qué no habiendo casi judío que no tenga algún pariente, amigo o pasado personal en Israel; por qué siendo la educación judía en la Argentina de la mayor calidad y participación que cualquier otra diáspora judía; por qué, a pesar de todo, la mayoría de los judíos que viven hoy en la Argentina eligen quedarse allí? ¿Por qué, a pesar de todo, los judíos siguen repitiendo el versículo “El año que viene en la Jerusalem reconstruida”, aún cuando saben que ellos estarán el próximo año en la Argentina, conocida?
“El año que viene, en Argentina…”
El director de cine y televisión Jorge Gurvich y el periodista Shlomo Slutzky -quienes se conocieron en Buenos Aires de los años setenta- viajaron de Israel a la Argentina a filmar una película documental acerca de la situación de los judíos a siete años del atentado contra la AMIA, y cuando son cada vez más duras las noticias acerca de la nueva pobreza judía en medio de una crisis económica generalizada.
Los realizadores trajeron en sus mochilas las preguntas que desde hace más de veinte años les hacen, a ellos, muchos de sus amigos nativos de Israel: “Si está tan mal la situación en la Argentina, cómo se explica que no se produzca una emigración multitudinaria hacia Israel?”
Sin embargo, ya en su país de origen -en un renovado encuentro con la Argentina en la que se criaron y donde se forjara su personalidad- Gurvich y Slutzky comprenden que la película será para también ellos una oportunidad para encontrar una respuesta para su pregunta clave, la personal, la profunda: “Por qué y cómo decidió, cada uno de ellos, dejar atrás a muchos amigos, familia y comunidad, para vivir en Israel?”.
Entre los personajes entrevistados podremos ver a Eduardo Elsztain, Laura Ginsberg y otros menos conocidos pero no menos interesantes. Cada uno con otra respuesta acerca de su judaísmo y de su relación con Israel; todo, con el trasfondo de las manifestaciones y el ambiente de movilización que caracterizó a la Argentina a partir de diciembre del año 2001.