Al presidente estadounidense George W. Bush no le están saliendo bien las cosas. Por un lado, las encuestas marcan que ha perdido un 60% de popularidad; y por el otro una multitud protestó en su contra por la guerra de Irak.
Tal es así que la oposición a la guerra en Irak y el disgusto por la catástrofe humana que siguió al paso del huracán Katrina congregaron hoy a miles de personas, en la mayor manifestación de repudio registrada en Washington.
Los organizadores de la marcha pacifista aseguraron que más de 100.000 personas respondieron a la convocatoria contra la guerra. El jefe de la policía local, Charles Ramsey, confirmó la estimación. «Creo que probablemente alcanzaron ese número», dijo.
En la protesta participó Cindy Sheehan, la madre de un soldado de 24 años muerto el año pasado en el país del Golfo Pérsico. En agosto Sheehan acampó -en señal de protesta- frente al rancho que Bush tiene en la localidad texana de Crawford. «¡Debería darles vergüenza!», dijo la mujer, aludiendo a los congresistas de su país. «¿Cuántos hijos de otros quieren sacrificar?», preguntó.
Así, las calles de Washington se colmaron de ómnibus y automóviles, estudiantes, veteranos de Vietnam, monjas pacifistas, hermanos franciscanos y padres de soldados que se encuentran en Irak.
Las encuestas recientes indican que la mayoría de estadounidenses piensan que la guerra en Irak va mal y que las tropas deberían ser retiradas del conflicto.