Ida y vuelta de violencia

Violencia en Gaza

La esperanza ha durado poco en Gaza y la sucesión de actos violentos -muerte de activistas de la Yihad en Cisjordania, lanzamiento de obuses contra Israel, parada militar con un final trágico de autoría incierta, raids de la aviación israelí- amenaza el pacto entre Hamás y la ANP, y con una dura respuesta de Sharón, quien sigue cuestionado por su propio partido.

Era previsible, porque la desconexión de Gaza no resuelve el conflicto, ya que deja la franja en manos del Ejército de Israel y no fija un calendario para poner fin a la ocupación de Cisjordania y Jerusalem Este.
La destrucción volvió a llamar a las puertas de Gaza a escasos días del fin de la retirada israelí. El Ejército israelí atacó desde el aire dos vehículos en los que viajaban miembros de Hamás y tres edificios supuestamente utilizados por los radicales palestinos para la fabricación de armas. Al menos dos militantes de Hamás murieron en el ataque selectivo y otras nueve personas, algunas de ellas niños, resultaron heridas.
La acción se produjo después de que el ministro de Defensa, Saúl Mofaz, ordenara una respuesta «apabullante» al lanzamiento masivo de cohetes de fabricación artesanal sobre la localidad israelí de Sderot, cercana a la frontera con Gaza, la pasada madrugada. Cinco personas resultaron heridas por la metralla y otras seis tuvieron que recibir asistencia médica, según fuentes médicas israelíes. Hamas se responsabilizó de los ataques, muy semejantes a los que un día antes lanzó la Yihad Islámica como represalia al asesinato de tres de sus activistas, considerados «terroristas» por Israel, cerca de la ciudad cisjordana de Tulkarem.
Hamás culpó a Israel la explosión del pasado viernes 23 de septiembre, de un coche lleno de armas que causó 17 muertos en el campo de refugiados de Yabalia durante la celebración de un desfile militar.
El gobierno israelí, en este caso avalado por la Autoridad Palestina (AP), niega cualquier implicancia en los hechos.
En lugar de retornar a posiciones conciliadoras, ambas partes han endurecido sus posturas anunciando nuevas medidas que amenazan seriamente la tregua convenida en el pasado mes de febrero.
Luego de la muerte de dos militantes -identificados como Rauad Farhat, de 17 años, y Nafez Hussein, de 29- el brazo armado de Hamás emitió un comunicado prometiendo venganza. Una vez más pide que ataquen a Israel «en cualquier lugar» de su tierra «ocupada» para «darle una lección».
Y, como suele suceder -al menos en estos últimos tiempos-, el mayor perjudicado ante esta espiral de violencia, es la Autoridad Palestina.