Estados Unidos:

Recordaron el cuarto aniversario del ataque a las Torres Gemelas

Los Estados Unidos, conmovidos por la cantidad de víctimas fatales y destrozos que dejó el paso del huracán Katrina, conmemoró ayer, domingo 11 de septiembre, un aniversario más de los ataques a las Torres Gemelas. Si en el primer hecho que quedará marcado a fuego en la historia estadounidense y mundial, el presidente George W. Bush y su equipo logró sortear las culpas e incluso obtener la reelección, las críticas, ahora, no paran de lloverle.

El pueblo estadounidense no creyó jamás que siendo potencia mundial en el siglo XXI fuese atacado de modo tan humillante en un solo día donde la tragedia acabó con la vida de miles de personas, y derrumbó, literalmente, un símbolo nacional como fueron las Torres Gemelas.
Cuando el atentado ocurrió, el pueblo estadounidense se dividió. Todos coincidieron en la amenaza del fundamentalismo, palabra que muy pocos pronunciaban, pero la explicación de estos ataques fue lo que causó los múltiples debates. A pesar de que se responsabilizó al presidente George W. Bush de haber conducido al país a esta situación, el pueblo volvió a elegirlo nuevamente como Presidente quien prometió deshacer la amenaza terrorista e insistió sobre la importancia de la ocupación en Irak.
Sobre el atentado a las Torres Gemelas siempre se insistió en que se sabía de la inminencia de estos ataques por lo que bien hubiera podido evitarse la muerte de unas 3000 personas.
En aquella oportunidad el mundo aplaudió la capacidad de respuesta de bomberos, policías e investigadores; muy distinto a lo que se vive actualmente, también con la muerte de miles de personas a propósito del huracán Katrina.
Esta vez, la percepción del pueblo estadounidense hacia el gobierno es otra. La inoperancia de Bush, la ineficacia con la que fue evacuada la zona y el lento operativo de rescate dejó en evidencia la parálisis de este gobierno. A tal pùnto que si hoy hubiese una elección, el presidente Bush la perdería, señala una encuesta publicada por el ‘The New York Times’.
¿Será que los ciudadanos de New York son distintos que los de Nueva Orleans para el Gobierno de los Estados Unidos?
Esta vez, sin nadie a quien atacar ni culpar, Bush se enfrenta a un doble desafío: reconstruir Nueva Orleans y recuperar la confianza de su pueblo como el líder del imperio.