Israel, Beersheva:

Primer ataque palestino post desconexión

Un atacante suicida se inmoló frente a la terminal central de autobuses de Beersheva, en el sur de Israel durante la hora pico de afluencia de gente en la mañana del pasado domingo 28 de agosto. En el primer atentado desde que los israelíes evacuaron la Franja de Gaza, resultaron heridas unas 10 personas y otras 2 de máxima gravedad.

La detonación incrementó la presión para que el líder palestino Mahmud Abbas -Abú Mazen- controle a los grupos palestinos que continúan sus ataques dentro del territorio israelí.
Israel aseveró que cualquier progreso en el proceso de paz, luego de la retirada de Gaza requerirá que Abbas desarme a los milicianos, un paso que -hasta ahora- parece no estar dispuesto a dar.
Abbas denunció a la explosión como un «ataque terrorista» y pidió a Israel que demuestre moderación y continúe respetando el precario cese del fuego logrado.
«Condenamos esos ataques. No los aceptamos, y pedimos a todos que se abstengan de efectuar represalias», sostuvo.
Nadie se atribuyó de manera inmediata la responsabilidad del ataque. Todos los grupos de milicianos palestinos más importantes habían amenazado con responder a un operativo israelí de la semana pasada en Cisjordania en el que murieron cinco guerrilleros palestinos. En sus declaraciones del domingo, Abbas sugirió que el allanamiento había provocado el ataque.
El ataque del domingo tuvo lugar en un estacionamiento ubicado a unos 100 metros de la terminal de autobuses, que estaba repleta de pasajeros en la hora de máximo tránsito de la mañana. Algunos testigos dijeron que dos guardias de seguridad pararon al atacante suicida, impidiendo un ataque de mayor magnitud. Los guardias resultaron heridos de gravedad, con quemaduras y laceraciones de metralla.
El taxista Itzik Ohana manifestó que estaba esperando clientes en el estacionamiento cuando vio al atacante, un hombre de unos 20 años, de cabello corto y que cargaba una bolsa pesada y transpiraba. El hombre se detuvo varias veces para bajar la bolsa y descansar.
Ohana le avisó a un guardia quien llamó a la policía. «Mientras hablaba con la policía, hubo una explosión», indicó.
Jaled al-Batch, un líder de la Yihad Islámica en Gaza, dijo que no sabía quién efectuó el ataque. «Pero fue una reacción natural a los crímenes de la ocupación», sostuvo. «Tenemos derecho a represalias».
Las autoridades israelíes sospechan que el atacante llegó desde el área de Hebrón, en el sur de Cisjordania.
Los trabajadores de rescate dijeron que todos los heridos fueron llevados a una clínica en la ciudad.
El paramédico Yehuda Shoshan informó que los dos guardias de seguridad resultaron gravemente heridos. «Sufrieron heridas de metralla y quemaduras en todo el cuerpo», dijo la fuente al canal 10 de la televisión israelí.
En el lugar del ataque, el cadáver descuartizado del atacante quedó tendido en el piso cubierto por mantas plásticas.
Un automóvil mostraba varias manchas de sangre producto de la explosión. Los vidrios de las ventanas fueron destrozados por la fuerza del estallido. Un autobús quedó destruido en el lugar.
Fue el tercer atentado dinamitero desde febrero, cuando Israel y los palestinos declararon un alto al fuego.
«Israel ha dado los pasos necesarios para mejorar las perspectivas de paz con los palestinos», dijo David Baker, funcionario de la oficina del Primer Ministro Ariel Sharón. «Este atentado… representa otro indicio de que la Autoridad Palestina debe dar los pasos necesarios contra el terrorismo. Sin esos pasos, no habrá progresos entre ambas partes».