Jerry Levinson:

«La paz en Israel vendrá de manos de los gays»

"La paz en Israel vendrá de manos de los gays". Menuda y polémica afirmación de Jerry Levinson, activista gay, fundador y primer Presidente de la Jerusalem Open House (Casa Abierta de Jerusalem). El Centro Comunitario Tzavta y Keshet Argentina, (organización que trabaja para instalar la cuestión de la diversidad sexual en la comunidad judía de la Argentina) aprovecharon la visita de Levinson a la Argentina, para generar un encuentro durante el cual se propició el intercambio de ideas, anécdotas, experiencias y la promesa de seguir trabajando juntos.

Hace ya más de ocho años, Jerry Levinson fundó -junto a un pequeño grupo de activistas y amigos- la Casa Abierta de Jerusalem (Jerusalem Open House – J.O.H), considerada como uno de los centros claves para la comunidad gay en todo Israel y el Medio Oriente.
La Casa Abierta es una ONG que ofrece grupos de apoyo para el espectro entero de la población de judíos, judías y árabes en Jerusalem, organiza campañas públicas para combatir la discriminación, provee una línea de ayuda telefónica y personal para personas discriminadas por su identidad sexual. Mantiene un programa de asistencia para personas conl VIH/SIDA y realiza actividades sobre cuestiones relacionadas con el movimiento GLTTB (Gays, Lesbianas, Travestis, Transexuales y Bisexuales) en diversos ámbitos de la ciudad.
Quizá sea la experiencia acumulada a través del inmenso trabajo de puertas abiertas, lo que le permite afirmar a Levinson que la paz en Medio Oriente es posible. Y no en vano asegura que «los gays tenemos mucho que contar acerca de nuestras experiencias cotidianas de convivencia y entendimiento».
Levinson, psicólogo, educador y orgulloso padre de un niño de un año, asegura que «cuando comenzamos a trabajar en el proyecto, decíamos -casi en chiste- que la paz llegaría de nuestras manos. Sin embargo, me parece que ya no bromeo cuando repito esta idea. Hoy creo que el trabajo y el intercambio entre gays árabes e israelíes, que se produce día a día en nuestra organización, demuestra no sólo que la paz entre nuestros pueblos es posible, sino que depende de nosotros los ciudadanos, más que de los políticos».

Jerusalem para los gays

Jerry Levinson nació en los Estados Unidos e hizo aliá (inmigración a Israel) al terminar la escuela secundaria. Al llegar al Israel ingresó en el Ejército israelí y participó en la guerra de Iom Kipur y en la invasión a El Líbano.
Actualmente, como psicólogo y especialista, coordina grupos de ayuda y participa del diseño de políticas contra la discriminación, luchando por las libertades civiles en temas como la unión vincular, de adopción y pertenencia de las personas GLTTB.
Levinson afirma que “nuestra principal lucha en Jerusalem es trabajar para que se nos reconozca como seres humanos con derechos legítimos”. En otro orden de cosas, dice que «Jerusalén es una ciudad muy especial y por eso es un lugar muy difícil para ser y vivir abiertamente como gay. Aunque están cerca una de la otra, en Tel Aviv, ‘la’ gran urbe, ser gay es mucho más fácil y anónimo».
Desde hace dos años, la Open House cuenta con una sede propia, ubicada en la principal peatonal de la ciudad. «Tenemos diferentes actividades culturales y religiosas dentro y fuera de la sede. Y entre nuestros objetivos se encuentran el de proveer un lugar seguro para los miembros de la comunidad gay. Aunque es claro que nunca vamos a poder sentirnos seguros sino promulgamos un profundo cambio en toda la sociedad», afirma.

De padres y militancias

Durante el encuentro en Tzavta, Levinson relató su propia experiencia como padre, una demostración más de lo que significa la consolidación de los modelos de familias no tradicionales.
Tanto él como la mamá del niño -una entrañable amiga de Jerry- se eligieron mutuamente para compartir el desafío de ser padres a través de la inseminación artificial, pero a través de una suerte de implicación afectiva y con el compromiso mutuo de criar y educar al niño en el marco de la cultura judía.
Interrogado sobre la relación entre los activistas GLTTB y los partidos políticos israelíes, Levinson respondió que, salvando el hecho de que la indiferencia o la homofobia son regla común, partidos como Meretz o figuras como Yael Dayan y Rabin han apoyado las políticas de diversidad sexual e identitaria.
El conflicto israelí-palestino es un problema que engloba las distintas intolerancias (religiosa, étnica, sexual), y esto lo prueba el enlazamiento entre fanatismo político-religioso y homofobia que, de la mano con la defensa de las colonias en los territorios ocupados, reclama muerte a los “enfermos y anormales”.

Confraternidad

La Casa Abierta de Jerusalem es la única organización en todo el Medio Oriente que tiene un equipo de profesionales que trabajan directamente con la población de homosexuales, lesbianas, travestis, transexuales o bisexuales de origen palestino.
Levinson analiza que «dentro de la población palestina la situación es muy precaria, ya que no hay ningún sector palestino que exprese tolerancia con gays y lesbianas. Muchos de ellos son perseguidos y hasta asesinados si viven abiertamente su condición homosexual».
La Open House publica materiales en árabe y está por conformar la primer una línea telefónica de ayuda para gays palestinos.
Pero aún así no es fácil. «Lamentablemente -explica- la mayoría de los gays y lesbianas palestinos ven a la Casa Abierta como una institución israelí, y usualmente se nos vuelve difícil llegar a ellos».
La Casa Abierta, sin embargo, es un ejemplo cotidiano que demuestra cómo es posible construir y sostener -pese a todos los contratiempos- un espacio interreligioso, multiétnico y de convivencia entre las diferentes maneras de vivir la sexualidad y los vínculos afectivos.

Informe: Jorge Iacobsohn

World Pride Parade

Actualmente, la Casa Abierta está organizando la Segunda Marcha Mundial del Orgullo gay (World Pride Parade) que tendrá lugar en Jerusalem durante el año 2006.
Esta marcha estaba prevista para agosto de este año pero su realización hubiera coincidido con la desconexión de los territorios.
En ese contexto, Jerry Levinson explicó a Nueva Sión que «nosotros apoyamos que fuera pospuesta porque Israel va a estar inmerso en una gran crisis social. Y no somos ajenos a ello porque somos parte de la sociedad israelí. Estoy convencido de que hubiera resultado intolerable que coincidiera una celebración mundial gay con el tema de los territorios… aunque me parece importante aclarar que la Marcha no es solamente una fiesta, sino que es, fundamentalmente, una demostración de lucha y repudio contra la homofobia y el racismo».
Sin embargo, a fines del pasado mes de junio, no pudo evitarse que la violencia afectara la realización de la cuarta Marcha del Orgullo Gay que se realizó en Jerusalem donde un joven ultraortodoxo judío apuñaló a tres manifestantes, hiriéndolos gravemente.