“La Argentina tiene una tradición de puertas abiertas, de integración que es un ejemplo para el mundo. Ustedes deben continuarla», dijo, y estalló una ovación. Y no hablo más porque cuando era chico me aburrían los discursos», agregó el maestro quien comenzó a tocar el piano acompañado por un quinteto de cuerdas compuesto por jóvenes judíos y árabes. Una vez más, la música, como la semana pasada con el maestro Zubin Metha, había sido el mejor instrumento transmisor del mensaje de la paz.
Ayer, miércoles 10 de agosto, en el Centro Islámico de la República Argentina, se dieron cita alumnos de los colegios de Bet El, Argentino Arabe y San Bartolomé; y los rabinos Daniel Goldman y Sergio Bergman, entre otros y el sacerdote Fernando Giannetti, vicario para el ecumenismo y el diálogo interreligioso del arzobispado de Buenos Aires; el vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman; la esposa del canciller Rafael Bielsa, Andrea De Arza, y la presidenta del Mozarteum, Jannette Arata de Erize, -entidad que trajo al país a Barenboim-, entre otros dirigentes que llenaron el auditorio.
El rabino Goldam y el secretario del Centro Islámico, Omar Abboud, dieron la bienvenida a Barenboim.
«Cuando un instrumento suena mal, toda la orquesta suena mal», afirmó Goldman, quien trazó este paralelismo para enfatizar que cada miembro de cada comunidad debe «comportarse bien para que toda la comunidad ande bien».
Abboud, a su memento, dijo que personas como Barenboim, «que tienen música en las palabras, llegan más rápido al corazón». El músico -destacó- «es lo que ejecuta y lo que predica».
Barenboim en el Senado
El Senado homenajeó también a Daniel Barenboim por su «testimonio de vida para acercar a los pueblos». El Presidente del Senado, Daniel Scioli, subrayó que Barenboim marca «un camino de unión para el mundo.
La Argentina le enseña al mundo a tener identidades múltiples y a convivir en paz en la diversidad», dijo Barenboim. «No conozco otro país donde uno pueda sentirse judío, árabe, polaco, alemán y, al mismo tiempo, argentino».
Colón
Por la noche, Barenboim y la orquesta creada por él y el palestino (fallecido) Edward Said, dio su primer concierto en el Teatro Colón.
Como siempre, Barenboim destacó por la impronta que le dio a las obras, sus músicos demostraron que la calidad tiene que ver con el esfuerzo, el compromiso y al sensibilidad aplicada a las partituras; y la orquesta en su conjunto -compuesta por todos músicos jóvenes judíos, musulmanes y españoles andaluces- que la convivencia bajo un mismo objetivo es posible.
Músicos con coraje
Barenboim supo definirlo muy bien: «Cada uno de estos músicos que están acá conmigo tiene mucho coraje, porque estos músicos que vienen de El Líbano, Siria, Palestina, están muchos años adelante de la opinión pública de sus respectivos países. Y están acá, tocando juntos, no porque aceptan el punto de vista del otro, sino porque lo respetan».