La tumba se encuentra dentro de un gran edificio con patio en la ciudad de Kifli, próxima a la aldea shiíta de Najef, a unos 150 kilómetros al sur de Bagdad. Dentro de él hay inscripciones en árabe y en hebreo. Los judíos de Irak solían visitar el lugar durante Shavuot y hacer allí festejos alusivos.
El profesor David Cassouto, arquitecto y experto en historia de sinagogas, declaró que el control sobre la tumba pasó durante años de judíos a musulmanes. «Cuando había suficientes judíos en la zona, había en el lugar una sinagoga, y los judíos administraban el lugar, dice Cassouto, pero cuando el número de judíos disminuyó, los árabes entraronn al lugar, convirtiendo el edificio en mezquita.»
Avner Arazi, oriundo de Irak y funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel desde hace 35 años, dijo que la noticia de la apertura de la tumba produjo gran emoción entre los antiguos inmigrantes de Irak en Israel. «Se trata de un lugar que era foco de peregrinación. La gente llegaba allí desde todos los extremos del país y se quedaban a dormir en el lugar.»
Cassouto considera que el hecho que la comunidad judía de Babilonia sea de las más antiguas del Mundo, plantea la posibilidad de que la tumba efectivamente sea del Profeta Ezequiel, y estima que la tradición pasó durante generaciones de padres a hijos. Cassouto contó que sobre la tumba había losas en las cuales estaba inscripto todo el libro de Ezequiel, pero fueron llevadas en secreto a Israel por temor a que resultaran dañadas.