Aparecido en ‘Yediot Aharonot’ -3 de julio de 2005-:

El nuevo kibutz, la empresa virtual

La creación de una comunidad global es un nuevo modo de expresar ideales. Por eso nació el primer kibutz global: Kol Dor, ‘la voz de la generación’.

Por Einat Wilf

Este último fin de semana participé en la creación de un nuevo kibutz: El primer kibutz del Pueblo Judío Global. Se llama Kol Dor -“la voz de cada generación»- y para una total divulgación, yo soy un miembro.
Los primeros kibutzim en Israel eran la task force (fuerza de tareas) para la revolución sionista. Los nuevos kibutzim servirán esperanzadamente como la fuerza de tareas para llevar a cabo la revolución del Pueblo.
Los primeros kibutzim eran comunidades pequeñas de personas jóvenes, no más de unas docenas, que llevaron a cabo las tareas más críticas del sionismo, todo de continuo: estableciendo la tierra; trabajando la tierra; defendiendo la tierra y absorbiendo la aliá (proceso de inmigración a Israel). Estos kibutzim eran una fuerza de tareas construyendo un Estado, enfocada, comprometida y eficaz. Durante unas pocas décadas, unos miles de personas acarrearon sobre sus hombros una porción masivamente desproporcionada de la carga de la empresa Sionista.
El kibutz de Kol Dor, aún en su infancia, es una comunidad pequeña de 135 miembros de todo el mundo judío -Israel, Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, América Latina, Europa oriental, Australia- que han tomado sobre ellos servir al pueblo judío llevando a cabo las principales tareas requeridas para su éxito en una era de globalización.

Judíos por nacimiento, opción

¿Cuáles son estas tareas? Ellas son las tareas necesarias para construir un fuerte, unificado Pueblo judío global tal que responderá a la necesidad de la próxima generación de judíos alrededor del mundo a encontrar el significado y un sentido de pertenencia en un mundo abierto de opciones casi infinitas.
Los judíos alrededor del mundo hoy pueden ser judíos por nacimiento. Pero aun así, todavía quieren ser judíos por opción. Ellos quieren una buena respuesta a la pregunta, “¿Por qué ser judío?” y «¿Por qué pertenecer al pueblo judío»? En el sentido más básico, quieren saber, “¿qué hay en él para mí?”
La práctica religiosa, el sionismo, la aliá y la recaudación de fondos no son más lo suficientemente buenos.
Ellos no proporcionan respuestas a las nuevas preguntas de hoy. El Pueblo -el paraguas más abarcativo, la comunidad global de los judíos- es la única oportunidad que nosotros tenemos de encontrar una buena respuesta.
Así que, ¿qué se necesita para construir la noción de Pueblo? Necesitamos construir la infraestructura institucional y tecnológica para un pueblo global que pueda movilizarse efectivamente para encontrar los desafíos y oportunidades de la globalización; necesitamos liberar una marea de innovación y creatividad para crear las normas, el calendario, los símbolos, y las tradiciones del Pueblo; necesitamos conectar a los individuos judíos y comunidades de todo el mundo físicamente y virtualmente; necesitamos movilizar al recurso humano en lugar de simplemente los recursos financieros del pueblo judío y hacer eso al servicio de la mejora del mundo libre, y necesitamos encontrar respuestas judías singulares a los dilemas morales de un mundo global basado en información achatada.
Estas son las tareas que tendrán que ser cumplidas por los nuevos kibutzim del Pueblo. Como fue el caso en los primeros kibutzim, esto se hará a través de una combinación continua de reflexión y acción.

Un pueblo global y conectado

Los primeros kibutzim israelíes adoptaron un estilo de vida socialista porque sirvieron bien a la necesidad de crear solidaridad entre las personas que consagraron sus vidas para una causa revolucionaria. El socialismo no era el propósito de los kibutzim. Era el sionismo. El socialismo ayudó. El kibutz de Kol Dor no es socialista, pero, también, apunta a crear un modelo para una nueva sociedad ejemplar en el pueblo judío que se rige por una ideología fuerte de igualdad y asociación: la igualdad de los judíos y las comunidades judías alrededor del mundo, alrededor de una verdadera mesa redonda judía; profundo y verdadero respeto por una amplia variedad de formas judías de expresión; y la creación de oportunidades para la entera disposición judía en nombre de una causa suprema a lo largo del mundo.
La visión de Kol Dor del modelo de sociedad del pueblo judío es la de un solo pueblo, global y conectado.
Uno que puede trascender las divisiones críticas y cargadas de valor entre Israel y “la Diáspora,” entre las denominaciones religiosas, y religión y secularismo, no ignorando estas divisiones, sino creando un nuevo espacio donde estas divisiones no importen.
Un pueblo que construye sobre valores compartidos -y no sólo sobre los miedos compartidos y los recuerdos devastadores- que hace brotar una visión positiva apremiante de judíos que están comprometidos en este mundo, y comprometidos a su mejora universal desde dentro de su única cultura.
Las tareas sionistas que los kibutzim se han fijado llevar a cabo han sido logradas. El estado está construido, la tierra está arraigada, el ejército es fuerte, millones de judíos viven en Israel, y el país es rico.
Pero el trabajo del pueblo Judío nunca está completo.
Los nuevos tiempos requieren nuevas respuestas. Kol Dor está construyendo un nuevo tipo de fuerza de tareas para servir al Pueblo judío globalmente. Nosotros sólo podemos esperar que desde nuestros modestos principios seremos tan exitosos como esa fuerza de tareas temprana del sionismo: los kibbutzim.