Por apología del delito:

Condenaron al represor Suárez Mason

El ex represor y funcionario de la dictadura argentina, Guillermo Suárez Mason (alias Pajarito) fue condenado ayer -23 de junio- a cumplir tres años y medio de prisión por haber hecho apología del delito y violado la ley antidiscriminatoria en un reportaje que dio a la revista argentina Noticias, el 5 de octubre de 1996. “La tortura, tal vez, deberíamos haberla legalizado para cubrir algunos excesos, como hacen los judíos, que dan unas palizas de muerte por día”, había Pajarito entre sus declaraciones a Noticias.

Allí dijo que tenía «prevención» con los judíos y que los responsables del mayor genocidio ocurrido en el país deberían haber «legalizado la tortura» para combatir el terrorismo.
Igualmente, Suárez Mason, ex jefe del Cuerpo I de Ejército, extraditado desde los Estados Unidos y condenado por violaciones a los Derechos Humanos durante la última dictadura e indultado por el ex presidente Carlos Menem en 1990, no irá a prisión.
Dada su edad, cumple las dos prisiones preventivas que ya se le impusieron en los últimos años en su casa, por el robo de bebés -hijos de desaparecidos- y por la desaparición de una veintena de miembros de la organización Montoneros.
La resolución del juez no fue una prisión preventiva sino directamente una condena. La dictó el juez federal Norberto Oyarbide al cabo de un breve juicio oral realizado con público y prensa en la sala de audiencias de la Cámara de Casación. Originalmente el juez quería hacer la audiencia en su despacho, sólo con las partes, pero las quejas de la DAIA y el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) lo hicieron cambiar de opinión.
Tanto el fiscal Miguel Angel Osorio como los abogados de los querellantes Guillermo Patricio Kelly y la DAIA se mostraron conformes con la resolución.

Los dichos

“La tortura tal vez deberíamos haberla legalizado para cubrir algunos excesos, como hacen los judíos, que dan unas palizas de muerte por día”, había dicho entonces. La defensa aclaró que se refería a la autorización que la Corte Suprema israelí dio a la “presión física” sobre los detenidos en cárceles hebreas.
“La guerra no tiene excesos, gana el más violento”, decía el represor en otro fragmento del reportaje.
“No soy antisemita”, se defendió Suárez Mason, quien manifestó a Oyarbide su “voluntad de hablar” durante la audiencia.
“No ha sido mi intención agraviar a ninguna comunidad”, aseguró, antes de recordar sus “buenas relaciones” con “amigos judíos”. Destacó su intervención personal para lograr la liberación del sobrino de Tato Bores y del hijo de Marcos Zucker (actor fallecido recientemente) en su primera detención.
Intentó explicar el sentido de su frase “a los judíos les tengo prevención”. Dijo que prevención significaba “cuidado, alerta en lo personal” y lo justificó por su experiencia con los casos de David Graiver y Jacobo Timerman.
Acerca de la violencia de los ´70, “Pajarito” afirmó: “yo pienso que las comunidades extranjeras no deberían participar en situaciones como éstas”. Inmediatamente el fiscal le preguntó si consideraba “extranjeros” a los judíos argentinos, a lo que el represor respondió que se los podía considerar “una comunidad argentina diferenciada” y comparó a la DAIA con el Centro Gallego.
A Guillermo Patricio Kelly le recordó su pasado en la ultraderechista Alianza Libertadora Nacionalista, uno de cuyos lemas era “Haga patria, mate un judío”.
“Es paradójico que hoy estemos juzgando a Suárez Mason por lo que dijo y no por lo que hizo”, aseguró Mariano Fridman, abogado de la DAIA.