Argentina:

Fueron reconocidos los restos de tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo

Los restos de tres de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo fueron hallados en un cementerio argentino 28 años después. Azucena Villaflor, María Eugenia Ponce y de Esther Ballestrino de Careaga vuelven a decir presentes en la lucha que ya para ellas no se desarrollará desde las sombras más nefastas de la dictadura ni desde el olvido.

Los restos de Azucena Villaflor, quien fuera arrojada al mar en los ‘vuelos de la muerte’ de la dictadura, fueron reconocidos por los investigadores del Equipo de Antropología Forense. Junto a los restos de esta Madre fueron encontrados los cadáveres de María Eugenia Ponce y de Esther Ballestrino de Careaga, otras dos Madres desaparecidas durante la dictadura militar (1976-1983).
Ana María Careaga, hija de Esther Ballestrino de Careaga, afirmó que es la primera vez que ‘se recuperan cuerpos del mar, se los identifica y se los vincula claramente’ con la represión ilegal, ‘nuestras madres no pudieron vencer a la muerte, pero eran tan obstinadas que sí pudieron vencer al olvido. Volvieron con el mar, para seguir luchando por nosotros’, dijo en una rueda de prensa, flanqueada por sus hermanos y por los hijos de las otras mujeres desaparecidas. Los restos, según precisó el antropólogo Carlos Somigliana, fueron desenterrados a fines del año pasado (2004) en el cementerio de la localidad bonaerense de General Lavalle, e identificados en base a análisis genéticos
En abril de 1977, mientras esperaba reunirse con el secretario de un vicario castrense, Azucena Villaflor, entonces de 53 años, pronunció la frase que meses después significaría su sentencia de muerte, ‘solas no vamos a lograr nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Videla tendrá que recibirnos’, sugirió la mujer a otras madres que sufrían por la inexplicable desaparición de sus hijos
El 30 de abril de ese año, con pañuelos blancos en la cabeza, catorce madres unidas por el dolor y la angustia se reunieron por primera vez en la histórica Plaza de Mayo para reclamar información a las autoridades, como la dictadura prohibía las reuniones en lugares públicos, la policía les obligó a circular, por lo que se vieron obligadas a dar vueltas alrededor de la pirámide de Mayo, en una ronda que las ha identificado en Argentina y en el mundo
En el grupo se infiltró el marino Alfredo Astiz (alias ‘El Angel de la Muierte’), quien con el nombre falso de Gustavo Niño se hacía pasar por hermano de un desaparecido y fue paulatinamente ganándose la confianza de las Madres. María Eugenia Ponce y de Esther Ballestrino de Careaga fueron secuestradas junto a una decena de personas, entre ellas las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, el 8 de diciembre de 1977, en las puertas de una iglesia donde las Madres solían reunirse, a pocas cuadras de su casa de las afueras de Buenos Aires, Azucena Villaflor corrió la misma suerte dos días después.
Las tres Madres fueron llevadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), una de las más crueles de las cárceles de la dictadura, y tras ser torturadas durante algunos días fueron arrojadas vivas al Océano Atlántico en los tristemente célebres ‘vuelos de la muerte’. A fines de diciembre de 1977 sus cuerpos fueron apareciendo en las playas del balneario de Santa Teresita, desde donde fueron conducidos al cementerio de la vecina localidad de General Lavalle y enterrados como ‘NN’.
Aída Sarti, integrante de las Madres de Plaza de Mayo y testigo de los secuestros de sus compañeras, calificó hoy de ‘mártires’ a las tres Madres. Sumida en llanto se manifestó dispuesta a continuar la lucha comenzada hace casi tres décadas, ‘mientras vivamos pediremos justicia’, agregó María del Rosario Cerrutti, quien recordó la reciente anulación judicial de las ‘leyes del perdón’ que beneficiaron a implicados en delitos de lesa humanidad de la dictadura y también pidió la misma suerte para los indultos a los Jefes de la dictadura a comienzos de la década pasada, por el ex presidente Carlos Menem.