1941:

La masacre de Babi Yar

La triste y tremenda historia del Holocausto, la destrucción masiva de 6.000.000 de judíos, 1.500.000 de ellos niños, mediante las medidas inhumanas y crueles de las fuerzas de Hitler entre 1933 y 1945, tuvo sus etapas bien definidas. Una de estas etapas fue, sin duda, la masacre de Babi Yar, un barranco cercano a la ciudad ucraniana de Kiev donde, en 1941, perdió la vida más de 1.000.000 de judíos, el 20 % de todos los muertos en este trágico periodo de matanzas de inocentes

Por Egon Strauss

Un informe acerca de una parte significativa de aquellas pérdidas llegó el 2 de octubre a la oficina de Berlín de Reinhard Heidrich, jefe de Policía de Seguridad y del Servicio de seguridad. El llamado “Informe de la situación operacional en la URSS Nº 101” incluye un breve resumen del trabajo del Einsatzgruppe C en Babi Yar. El informe dice: “El Sonderkommando 4 A, en colaboración con Einsatzgruppe HG y dos Kommandos del Regimiento Sur de la policía, ejecutaron a 33.771 judíos en Kiev el 29 y el 30 de septiembre de 1941”.
Desde una perspectiva burocrática, este informe se explica por sí mismo. No obstante, en 1959, un testigo alemán, Fritz Höfer, que había sido conductor de camiones en el Sonderkommando 4 A tenía algo que añadir. Höfer dio detalles de cómo los alemanes, ayudados y apoyados por sus colaboradores ucranianos, apresaron a los judíos, y los obligaron a quitarse la ropa, dejar sus objetos de valor y entrar en “un barranco que tenía aproximadamente 150 metros de largo, 30 metros de ancho y una profundidad de unos 15 metros. Explicó que “no se hicieron distingos entre hombres, mujeres y niños”. Una vez dentro del barranco, eran obligados “a tumbarse sobre los cadáveres de judíos que habían muerto a tiros. Todo esto ocurría muy rápido. Los cuerpos estaban dispuestos en capas, literalmente. Un tirador de la policía pasaba y disparaba a cada uno en la nuca en el sitio donde estaba tumbado”. Hasta que fue demasiado tarde, dijo Höfer, los judíos seguían yendo a Babi Yar, “todavía con la idea que era un asentamiento para ellos”.
Esta masacre de Babi Yar no era inusual en el otoño de 1941. Era la materialización de un proceso de destrucción que había sido planeado y que se llevó a cabo con la invasión de la Wehrmacht en territorio soviético el 22 de junio. Mientras los alemanes avanzaban hacia el este, las unidades del ejército fueron acompañados por Einsatzgruppen, escuadrones especiales cuya misión era apresar a los líderes políticos y la intelligentsia bolchevique. Muchos de ellos eran considerados judíos, puesto que según la ideología nazi, el comunismo estaba dominado por la influencia judía.
Siguiendo procedimientos similares a los de Babi Yar, las masacres por fusilamiento se sucedieron durante todo el verano. En un plazo de pocas semanas, estas unidades móviles de asesinos acabaron con cientos de comunidades judías y asesinaron a más judíos de los que habían muerto a manos de los nazis en los ocho años anteriores. Aproximadamente 1.300.000 judíos fueron asesinados uno a uno por los 3.000 hombres de los cuatro Einsatzgruppen, sus tropas de apoyo, la policía local y los colaboradores, todo ello con la ayuda de la Wehrmacht. La mayor parte de los asesinatos tuvieron lugar en 1941.
Durante largos años, estos hechos fueron mantenidos en secreto, pero al conocerse años más tarde, dieron lugar a la indignación y el repudio de todo el mundo y en su país de origen, esto indujo al poeta disidente ruso -Yevgeni Yevtushenko- a escribir su poema dramático Babi Yar que acompañamos en una traducción libre.
Yevtushenko ingresó en 1987 como miembro en la American Academy of Arts and Sciences.
En 1962 el compositor ruso Dmitri Shostakovich (1906 – 1975), compuso su Sinfonía Nº 13 “Babi Yar” en base a este poema. Esta obra musical contiene un coro masculino muy dramático que reproduce la oscura atmósfera del hecho y una música de carácter similar.

Babi Yar
Por Yevgeni Yevtushenko.
Ningún monumento está en Babi Yar
Sólo una roca escarpada, como lápida cruda.
Estoy atemorizado.
Hoy me siento tan anciano
Como el pueblo judío entero.

Me veo como un Israelita anciano
Que ambula por los caminos del Egipto antiguo.
Y aquí, sobre la cruz, sucumbo torturado
Y aún ahora, llevo las marcas de los clavos.

Los Filisteos me traicionaron y juzgaron.
Parezco ser Dreyfus.
Estoy encerrado en una jaula. Rodeado y atrapado,
Las remilgadas niñas en sus encajes
Me persiguen, me escupen, me difaman.
Chillan, mientras me pinchan con sus sombrillas en la cara.

Me veo como niño en Belostok.
La sangre se desparrama y corre por el suelo.
Los dueños de bares y cantinas expresan su furia sin freno
Y el olor a vodka y cebollas todo lo impregna.

Soy empujado por una bota y no me queda fuerza,
En vano imploro al populacho del pogrom,
Mientras con el grito “Maten a los Judíos y salve nuestra Rusia”,
Mi madre es pisoteada por un funcionario.

Oh Rusia de mi corazón, yo sé
Que eres internacional, por naturaleza.
Pero muchas veces aquéllos que están inmersos en la mugre
Abusaron de tu nombre puro en nombre del odio.

Conozco la gentileza de mi patria.
Que ruin, que sin el mínimo temblor
Los antisemitas se proclamaron
La “Unión del Pueblo Ruso”.

Parece que soy Ana Frank,
Transparente como la ramita más delgada en Abril,
Y estoy enamorado, y no necesito frases,
Sólo nos miramos en los ojos.

¡Cuán poco puede uno ver o sentir!
Las hojas están prohibidas, y también el cielo,
Pero aún hay mucho permitido – como suavemente
Abrazarnos en un oscuro cuarto.

“Ya vienen”.
“No temas.- Estos son los sonidos
De la misma primavera que pronto llega.
¡Rápido, un beso más!”.
“¡Están rompiendo la puerta!”

“¡No, es el hielo que se rompe en el río…..!”

La hierba salvaje susurra sobre Babi Yar,
Los árboles miran serios, como pasando juicio.
Aquí, en silencio, los gritos, y con mi sombrero en manos,
Siento mi pelo encanecer.

Y yo mismo, soy como un largo grito silencioso,
Sobre los miles y miles enterrados,
Soy cada uno de los ancianos ejecutados aquí,
Soy cada niño asesinado aquí.

Ninguna fibra de mi cuerpo podrá olvidar.
Que la “Internacionale” suene y truene
Cuando enterrado y olvidado para siempre
Caiga el último antisemita de la tierra.

No tengo sangre judía en mi sangre,
Pero con odio corrosivo soy odiado
Por los antisemitas como si fuera judío.
Por eso puedo llamarme un Ruso.