El Banco Central ha estado adquiriendo diariamente dólares, para lo cual emite pesos argentinos, a fin de evitar el derrumbe de la divisa estadounidense, tratando de mantenerla a una cotización cercana a los tres pesos argentinos por dólar.
El FMI, con el que la Argentina debe iniciar negociaciones para reprogramar su deuda, estima que la política del Banco Central podría tener efectos inflacionarios.
En declaraciones públicas, el economista Aldo Ferrer sostuvo que «no hay que darle dramatismo a la negociación pendiente con el Fondo Monetario», y calificó de «impresentable» el pedido del organismo mundial referido a la política cambiaria argentina.
Ferrer recordó que «hemos pagado un precio tremendo en la Argentina por tener una moneda muy cara internacionalmente, algo que aumentó los índices de pobreza a indigencia y culminó con una burbuja especulativa, que terminó con el default a fines del 2001».
En la pasada década el ex presidente Carlos Menem, con la aprobación del FMI, estableció la paridad de cotización entre el peso argentino y el dólar
Ferrer, de 77 años, un prestigioso profesor universitario, fue ministro de economía en 1970. El actual titular de esa cartera, Roberto Lavagna se declaró recientemente su «discípulo».