La segunda ronda de los comicios presenta dos candidatos que ofrecieron visiones diametralmente opuestas sobre el futuro de Irán y las posibles relaciones con Occidente.
El ganador -por estrecho margen- de la primera ronda electoral, fue Rafsanjani, quien dispuso de un fuerte respaldo de los grupos progresistas y empresariales.
Su rival, el ultraconservador Ahmadinejad, tuvo el apoyo de los sectores más pauperizados del país y de poderosas fuerzas que se oponen a todo cambio dentro del régimen islámico.
«Este es el comienzo de un nuevo movimiento», dijo Ahmadinejad.
Desde las primeras horas del día, hubo una fuerte concurrencia a las urnas, señal de que las elecciones serán muy disputadas.