Cumbre europea

Preocupación después del colapso

Los países de la Unión Europea intentaron reanudar las gestiones tras el fracaso de la cumbre para elaborar el presupuesto de los próximos años. Tampoco pudieron dilucidar la suerte de la constitución del bloque, rechazada por Francia y Holanda. Sobre Europa se está desplazando un manto de misterio acerca de su futuro como Unión.

La principal figura de las críticas fue el primer ministro británico Tony Blair, cuyo país debe recibir el primero de julio, de Luxemburgo, la presidencia semestral de la UE.
El anfitrión de la cumbre, el primer ministro de luxemburgués Jean Claude Juncker, señaló que no hará caso al discurso de Blair cuando éste hable ante el Parlamento Europeo.
«Como ese día se celebra la fecha patria de Luxemburgo, no pienso escucharlo», señaló.
En los dos días de ásperas negociaciones, los 25 líderes de la UE discutieron los planes de gastos para el período 2007-2013, y no lograron llegar a un acuerdo.
Juncker afirmó que el daño que se había causado era muy profundo. Señaló que en las próximas semanas, los diplomáticos de la UE y otros funcionarios «dirán que Europa no está en crisis. Bueno, pues se halla en una profunda crisis».
Gran Bretaña fue criticada por postergar su referéndum sobre la constitución de la UE, pero, al parecer, Luxemburgo, Dinamarca y otros postergarán también su votación, acrecentando, así, la incertidumbre sobre qué ocurrirá con Constitución europea.
El fracaso de las negociaciones presupuestarias se concentró en el rechazo de Gran Bretaña a renunciar a un reembolso anual. Blair exigió vincular toda discusión sobre el reembolso a una reforma de los subsidios a la agricultura, de los cuales Francia y los países mediterráneos son los principales beneficiarios.
El secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw, acusó a otros líderes europeos de estar «atrapados en el pasado».