Los representantes de las aldeas palestinas solicitaron a la Corte Suprema israelí que emitiera una orden judicial para suspender la construcción entre Har Adar y Beit Surik, al oeste de la ciudad de Jerusalem.
Los representantes de las aldeas denunciaron que la traza expropia unas 20 hectáreas de tierras cultivables y separa a los habitantes de unas 100 hectáreas adicionales que quedarán ubicadas del lado israelí del muro. De acuerdo a la petición palestina, el trayecto de la barrera, en la parte oriental de Har Adar, ingresa ilegalmente en la Cisjordania a fin de incluir la tierra del lado israelí del Muro.
Israel aduce que la barrera es necesaria para impedir que ingresen a su territorio atacantes suicidas palestinos, y los palestinos argumentan que la valla es la mejor excusa para confiscar tierras de su futuro Estado.