«Esperamos que se investigue, afirmó Szerman, nos preocupa la inseguridad y que esto no sea producto de una sola persona, porque los indicios demuestran que quien está detrás de las pintadas es un grupo organizado que funciona sistemáticamente».
Los autores se movieron con total impunidad, ya que durante la madrugada del sábado concretaron tres pintadas y en las primeras horas del domingo ratificaron su conducta.
Un episodio extraño tuvo lugar el lunes 9 de mayo por la mañana cuando dos enviados del Canal 9 porteño, que estaban registrando una de las pintadas, fueron fotografiados por un hombre que se dio inmediatamente a la fuga. La cronista Susana Martínez contó que un hombre «apareció de la nada, nos silbó y cuando nos dimos vuelta, nos sacó una foto. Cuando le preguntamos por qué nos fotografiaba, su excusa fue – estoy en la vía pública y puedo sacar fotos a lo que quiera».
Frente a la insistencia de la cronista, se identificó como Pablo Verani y escapó. «Tenía unos 57 años, era pelado y tenía un pin de Evita» afirmó Martínez.
Ardanaz: “Comenzamos la guerra contra los judíos”
El diario de la región patagónica “Río Negro” -del 10 de mayo- recuerda la siguiente historia:
Sucedió el 8 de noviembre del ´74 en Río Negro, bajo gobierno del peronista Mario Franco.
Y el hecho expresa la decisión de parte de ese esquema de poder de perseguir a ciudadanos judíos con residencia en la provincia.
Ese día, el jefe de la Policía provincial, Benigno Ardanaz -un comandante de Gendarmería nacionalista devenido en confeso admirador del orden hitleriano-, con el título «Suplemento de la orden del día 5.134, art. 6, hágase saber», giró a todas las comisarías una circular de 3 páginas.
El documento indicaba, entre otros conceptos, que «a partir de hoy comenzamos todos juntos la guerra contra los judíos, masones y comunistas desvirtuando sus diabólicos planes».
Este posicionamiento tenía como marco nacional la espiral de violencia desencadenada por la guerrilla marxista, la guerra civil estallada entre peronistas, todo un proceso retroalimentado por una represión que ya por esos días se marginaba del derecho.
El documento en cuestión llevaba también la firma del entonces comisario Aníbal Rey Leonard.
A modo de un suplemento, el documento traía una serie de consideraciones bajo el título «Reflexiones de un joven argentino sobre la hora en que vive el país».
El documento sugería la posibilidad de usar la violencia contra judíos, marxistas y masones.
Así, sostenía que de ser necesario debía atacárselos «y ya que ellos luchan en silencio, nosotros escogeremos las mismas armas, ocultándonos en el anonimato para que no puedan luchar contra un enemigo que ignoran cómo se llama, cuáles son sus planes y cuál es su meta».
El documento, firmado por Ardanaz, convoca a comenzar «todos juntos la guerra contra «judíos, masones y marxistas.
Luego aconseja «poner todas las trabas necesarias a los judíos, comunistas y masones, y no comprar artículos de esa procedencia o «extranjeros».
Una sugerencia en consonancia total con los contenidos de una orden impartida por Adolf Hitler a poco andar su régimen.
