La situación de la democracia israelí

Durante más de una década, desde 1992 hasta el 2003, el Instituto Israelí para la Democracia ha venido estudiando la calidad de la democracia israelí y su accionar. Bajo el título de el “Indice Democrático”, la investigación consiste en dos partes: un estudio comparativo a largo plazo que incluye 31 indicadores de la democracia israelí, en comparación con otras 35 democracias; y una compulsa de opinión en la que se refleja cómo ven los israelíes su propia democracia. Las alarmantes revelaciones de este estudio han sido presentados el 22 de mayo en una conferencia de prensa especial bajo los auspicios del presidente de Israel, Moshé Katzav, y el Instituto Israelí para la Democracia. Nueva Sión presenta una síntesis del informe en exclusiva:

El Indice Democrático – Los principales hallazgos del 2003

El “Indice Democrático” cubre tres aspectos de la democracia: el institucional, el referente a los derechos, y la estabilidad y la cohesión social. Cada uno de estos aspectos incluye varias características importantes para el régimen democrático. Por ejemplo, la representación y participación son dos características del aspecto institucional. En la compulsa de opinión pública, los dos temas de investigación son hasta qué grado la cultura política democrática se ha afianzado en Israel y cuál es la percepción pública de las funciones de la democracia israelí.
Las investigaciones fueron llevadas a cabo por el profesor Asher Arián, el profesor David Nachmías, Daniel Shani y Dorón Navot.

El cuadro emergente de los distintos indicadores muestra que Israel es, principalmente, una democracia formal que no ha adquirido aún las características de una democracia sustantiva. En comparación con otros países democráticos, sufre de una gran inestabilidad.
Veamos el análisis de los indicadores:

El aspecto institucional:
Israel tiene un muy buen papel en este aspecto. Las dos áreas en la que Israel es fuerte, comparada con otras democracias, es en la representación y en el equilibrio de los poderes (ocupa el sexto lugar de una lista de 36 países). Israel tiene peor desempeño en lo que hace a la participación política, en total desacuerdo con lo que se ha venido pensando comúnmente: ha habido una tendencia declinante y hoy el país ocupa el lugar 22.

Los derechos:
El lugar de Israel en este aspecto es preocupante. Todos los indicadores la colocan en la parte más baja de la mitad inferior de la lista. La protección de los Derechos Humanos es escasa; existe una seria discriminación política y económica contra la minoría árabe; existe mucha menor libertad de religión que en otras democracias; y el índice de desigualdad está entre los más altos de este estudio.

La estabilidad y la cohesión social:
En este aspecto Israel se encuentra en el último lugar de lista en todos los indicadores. Los cambios de gobierno son más frecuentes que en otras democracias, y sólo la India está por debajo de Israel en lo que hace a tensiones sociales entre distintos sectores de la sociedad.

Si se consideran los desarrollos de Israel en la última década, se aprecia un deterioro en muchos de los indicadores de la democracia israelí, mientras que en otros no se ha verificado ninguna mejora. Por ejemplo, ha disminuido la participación en las elecciones, la corrupción ha aumentado, la libertad de prensa está declinando, el número de prisioneros ha crecido y la desigualdad de los salarios ha ido en aumento. Sin embargo, existen varios indicadores que muestran el avance de la democracia israelí. Por ejemplo, la participación política está más abierta a la libre competencia, y existe una gran igualdad entre hombres y mujeres y menor grado conflictos políticos en la sociedad.

La compulsa de opinión pública

El estudio de opinión pública arroja los siguientes datos:

La cultura democrática

· Durante los últimos años ha habido una significativa reducción del apoyo de las normas democráticas en todos los niveles por parte de la población judía: apoyo en general del sistema democrático, apoyo de valores democráticos específicos y apoyo de igualdad de derechos para la minoría árabe.
· El estudio vuelve a los porcentajes de dos décadas atrás en lo que se refiere al respaldo del régimen democrático como la mejor forma de gobierno. Sólo el 77% de la población judía piensa que lo es.
· De los 32 países de los que se dispone datos, Israel y Polonia estaban en el último lugar en cuanto al porcentaje de ciudadanos (árabes y judíos) que hicieron suya la afirmación de que la democracia es una forma de gobierno deseable.
· Israel (junto con México, India y Rumania) es uno de los 4 países -de una lista de 31- en los que la mayoría de la población es de la opinión que «líderes fuertes son más útiles al país que todas las discusiones y leyes».
· En 2003, más de la mitad (53%) de los judíos de Israel afirman claramente que están en contra de una plena igualdad de derechos de los árabes; 77% opina que las decisiones cruciales que afectan al futuro del país deben ser tomadas por una mayoría judía; menos de un tercio (31%) apoyan la presencia de partidos políticos árabes en el gobierno; y la mayoría (57%) piensa que se debe alentar a los árabes a emigrar. Estos índices muestran una dramática baja en el respaldo de las normas democráticas, en comparación con 1999.
· La mayoría de la población judía no sólo no apoya la igualdad de los ciudadanos árabes; la mitad no reconoce que ésa igualdad no existe en la práctica; el 49% está en desacuerdo con que los árabes israelíes son discriminados en comparación con los judíos.

La cohesión social

· Comparado con el estudio efectuado en el año 2002, en el actual informe se detecta una declinación de la confianza pública en las instituciones. Las instituciones más afectadas son el puesto de Primer Ministro y las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzahal). Aún cuando el público mantiene su confianza en Tzahal, «su» índice de desconfianza es mayor que el de otras instituciones. El mayor incremento en la confianza pública lo registró la Confederación General del Trabajo (Histadrut) que saltó de un 33% el año pasado a un 55% este año.
· A pesar de la declinación de la confianza en las instituciones públicas, la confianza del público israelí en sus instituciones es relativamente más elevado que en otras democracias. Sin embargo, la confianza social -entre miembros de la sociedad- es baja en la escala comparativa internacional.
· La mayoría del público piensa que las relaciones entre los sectores de la sociedad no son buenas. La peor es entre árabes y judíos, mientras que las relaciones entre nuevos inmigrantes e israelíes veteranos es la mejor, comparativamente. La mayoría de los interrogados (75%) piensan que las relaciones entre pobres y ricos no son buenas.
· A la pregunta de «qué es lo más importante para ser un «verdadero israelí», tanto árabes como judíos respondieron que era de mayor importancia el respeto por las instituciones y las leyes del Estado.

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El Instituto Israelí para la Democracia, con sede en Jerusalem, es un grupo independiente, sin afiliación política, dedicado a fortalecer la democracia en Israel. Se ocupa tanto de estudios académicos como de políticas aplicadas. Sirve al Parlamento (Knesset) y a sus comités, ministerios y oficinas guvernamentales , gobiernos locales y a los partidos políticos a través de investigaciones y recomendaciones de reforma y cambio. Otra de sus metas es enriquecer el discurso público y alentar el pensamiento innovador a traves de la discusión pública de tópicos de la actualidad política, social y económica del país, con participación de legisladores, políticos y académicos.
El sitio webb del Instituto Israelí para la Democracia (hebreo e inglés + links): www.idi.org.il/english