«Agacho mi cabeza -dijo Koehler- en señal de vergüenza y humildad ante las víctimas (del Holocausto), y ante aquellas que acudieron en su ayuda, arriesgando sus propias vidas”.
En respuesta a las crecientes preocupaciones israelíes por al antisemitismo en toda Europa, Koheler reconoció que todas las sociedades abiertas «tienen sus enemigos y que la hostilidad hacia los extranjeros y el antisemitismo no han desaparecido de Alemania».
Después de iniciar su discurso con palabras en hebreo, el mandatario continuó en alemán, a pesar de que algunos miembros del órgano legislativo habían amenazado con boicotear su intervención al considerar que oír en la Knesset palabras en alemán resultaba «ofensivo para las víctimas del nazismo y sus familiares”.
La visita de Koehler tiene lugar una semana después de que el mundo conmemorara el 60 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.
Koehler es el segundo Presidente alemán que se dirige al Parlamento israelí, después de la intervención del entonces presidente Johannes Rau en el año 2000. Durante su visita de 4 días, Koehler ya visitó el monumento conmemorativo del Holocausto en Yad Vashem y se reunió con su par israelí, Moshe Katzav.
Tras escuchar el discurso de Koehler, el Primer Ministro de Israel, Ariel Sharón, se mostró satisfecho por el apoyo alemán, pero reiteró su llamado a los líderes europeos para que emprendan acciones más contundentes contra el antisemitismo.