El contrato de venta ya está acordado y podría cerrarse este mismo mes de enero en el transcurso de la visita que el presidente sirio, Bashar al-Asad, tiene previsto efectuar a la capital rusa.
Los israelíes ya han transmitido su gran “preocupación” a Estados Unidos con la esperanza de que Washington estudie posibles sanciones políticas y económicas a Moscú si no rectifica su actitud.
En medios diplomáticos israelíes se indica que la venta de los misiles a Damasco hay que encuadrarla en un cambio de estrategia de la política exterior rusa. Esta variación respondería a una consecuencia de la implicación cada vez mayor de Estados Unidos en las cuestiones internas de las antiguas repúblicas soviéticas, y que Moscú observa esta actitud cada vez con mayor preocupación por considerar que dichos países deben permanecer en su radio de influencia.