La muerte de Yasser Arafat dio lugar a una luz de esperanza en Medio Oriente y, ahora, los palestinos tienen frente a sí uno de los desafíos más importantes de su historia. ¿Sabrán aprovechar este momento? ¿O lo dejaran pasar desperdiciando, una vez mas, la oportunidad de cambio?
El principal reto de Abbas es, en primera instancia, interno: tratar de imponer una autoridad única y desarmar a los grupos armados y terroristas. Para eso, los palestinos tendrán que estar dispuestos a abandonar el nefasto legado de Arafat que solo tuvo como resultado, fracaso, violencia y frustración.
También deberán dejar de echarle la culpa de sus problemas a Israel y al mundo entero. Es hora de que asuman sus compromisos y de que se den cuenta de que ellos mismos cargan con la mayor responsabilidad por la situación en la que se encuentran.
Es momento de que evalúen sus valores éticos y morales, agobiados por el culto a la muerte y al terrorismo.
Es momento de que terminen con la corrupción en su administración cultivada por Arafat y sus allegados.
Es momento de que dejen de basarse en el odio y la incitación, que no les ha dado resultado alguno mas allá de la pobreza y la frustración.
El problema de los palestinos no es la ocupación, ya que Israel les ofreció, en repetidas oportunidades, la convivencia y la paz. Sus enemigos son nada menos que la ignorancia, el fanatismo y los mismos terroristas.
Una vez mas hago votos por que la Autoridad Palestina decida, finalmente, tomar el camino de la paz.
No dejen pasar esta oportunidad. Israel y el mundo entero los mira con ansiedad y esperanza.
Israel quiere la paz. Israel necesita la paz. Israel ruega por la paz. Ojalá este sea el momento.