Boris Furman nunca se imaginó peleando a sus 88 años para preservar el espíritu de las obras que ideó y construyó a lo largo de su vida para ayudar a los más pobres de la sociedad. Pero, el 7 de diciembre, envió al Consejo Administrativo de la Fundación una carta documento en la que se vio obligado a expresar formalmente su voluntad, como fundador, de sostener la distribución de las utilidades de la entidad equitativamente entre el Hogar Israelita para Ancianos de Burzaco, la segunda alternativa que figura en los estatutos luego del quebrado Hospital Israelita Ezrah de Buenos Aires, y el Hospital Zonal de Bariloche.
El gerente general de la Fundación Furman y actual Presidente de la Cooperadora del hospital de Bariloche, Oscar Borrelli, le aclaró a Nueva Sión que “si bien es posible que se mantenga el mismo espíritu de otros años, o sea la mitad de las utilidades para el Hospital Zonal de Bariloche y la otra mitad para el Hogar de Ancianos de Burzaco, el estatuto permite hacer proporciones entre diversas instituciones”.
En principio, la primera decisión del Consejo de Administración fue otorgar el 70% de los donativos al hospital de Bariloche y repartir en partes iguales los montos restantes entre los hogares de ancianos de Bariloche y de Buenos Aires. Pero Borrelli admitió que después “existieron una serie de inquietudes y opiniones al respecto” y la comisión supervisora, integrada por representantes de distintas instituciones, debe evaluar la distribución definitiva de los fondos.
“Furman quiere que las donaciones se otorguen como fue siempre. Así que veremos si podemos cumplir con este deseo que tiene”, concluyó el gerente de la Fundación.
Lo cierto es que en el seno de la Fundación, aprovechando la quiebra del Hospital Israelita y el retiro de Boris Furman del ejercicio activo de la presidencia de su propia obra, la actual conducción pretende variar el deseo del ahora Presidente Honorario y creador del teleférico del cerro Otto y la obra de beneficencia que de su explotación deriva. Furman trabajó incansablemente por el emprendimiento y por su repercusión benéfica y ahora, de un plumazo e incumpliendo los deseos del fundador, la actual conducción quiere modificar el espíritu equitativo de la propuesta solidaria de Furman.
Nueva Sión lo entrevistó en sus oficinas de Buenos Aires:
Furman, ¿por qué decidió repartir las ganancias de la fundación entre el Hospital Israelita Ezrah y al Hospital de Bariloche?
Porque tengo vocación de servicio. Hice el teleférico hace 31 años, lo instalé -costó como 10 millones de dólares- y después lo regalé a una fundación que constituí yo mismo. Le puse Sara María Furman en recuerdo de mi madre y una hermana mía fallecidas. En esa Fundación, en un artículo de su estatuto, se determinó que el 50 % de las utilidades del teleférico fueran para el Hospital de Bariloche y 50 % para el Hospital Israelita de Buenos Aires. ¿Por qué Hospital Israelita? Porque soy judío y porque también quiero ayudar a la colectividad.
¿Si la donación no fuera para el Hospital Israelita, le corresponde recibirla al Hogar de Ancianos de Burzaco tal como está indicado en los estatutos de la Fundación?
Todas las instituciones tienen un estatuto que rige como ley. En el estatuto dice que el 50% es para el Hospital Israelita Ezrah. Si algún día el Hospital Israelita no pudiera recibirla, esa donación iría -y esto es lo importante- al Hogar de Ancianos de Burzaco. Siempre un 50% a la comunidad judía. Y si el Hospital de Bariloche cerrase, lo que hoy recibe sería para el Hogar de Ancianos Corazón de Jesús.
¿Usted está luchando por lo que le corresponde al ámbito judío de la donación?
Sí. Hay un problema porque el Consejo de Administración quiere prorratear la donación de un modo diferente y pusieron en discusión el porcentaje.
Algunos integrantes del Consejo quieren entregar el 70% al Hospital de Bariloche, 15% al Hogar de Ancianos de Burzaco, y la misma proporción al hogar de ancianos de Bariloche. Yo estoy luchando para que sea el 50% para el hogar de Burzaco como está indicado en los estatutos originalmente.
En el caso que no se le otorgue la donación al Hogar de Ancianos de Burzaco, ¿a qué entidad le gustaría donarle las utilidades de la Fundación?
Empezaría por la AMIA, porque también ayuda en educación y hace filantropía. Estoy muy seguro que daría una gran mano.
Al Hospital Israelita, el año pasado le dimos $ 350.000 y hubieron ‘filtraciones’ porque en el balance mencionan donaciones recibidas por $ 290.634,20 (una diferencia de $ 59.365,80). No sé cómo el auditor del Israelita firmó ese balance.
¿Tiene pensado iniciar acciones legales si no se produce la donación del 50% de las utilidades al Hogar de Burzaco?
Sí, voy a llegar hasta las últimas consecuencias porque tienen que respetar los estatutos y el deseo del fundador. Y más aún estando vivo. Debe hacerse cumplir el estatuto y el acto constituyente de la Fundación Furman.