Amanece el 2005

Luces y tinieblas

Hay una frase adjudicada al gran Federico Fellini: “por cada uno que se desplaza hacia la luz en este mundo, hay 10.000 que empujan a la tiniebla”. En los inicios de este reciente 2005 hay sobrados motivos para ubicar hechos como piezas de un rompecabezas que nos puede mostrar un lamentable estado de situación del hombre y sus consecuencias alrededor del mundo.

Por Guillermo Lipis

La vida se consuma a través de los hechos e historias que la componen. Y, en general, la historia demuestra que las grandes tragedias reubican al hombre en su dimensión más íntima.
Sin importar tiempos, distancias y tipo de tragedias, todos aquellos sobrevivientes de algunos horrendos acontecimientos en los que el hombre fue víctima de sus congéneres, han adoptado actitudes intimistas en lo familiar y social -metiéndose “para adentro”- y desarrollado una valorable vocación docente propagadora de sus propias experiencias en busca del deseado “nunca más” y un ansia liberadora de justicia.
Jack Fuchs, un sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz, suele reflexionar preguntando cuál es la diferencia entre un asesinado en alguno de las campos de concentración nazis y otra persona en cualquier otra masacre. Podremos buscarle argumentos históricos y hasta identitarios que a algunos satisfagan más que a otros, incluso hasta hablar de hechos incomparables por la dimensión de las tragedias, pero las víctimas siempre son personas. Ni más ni menos que personas.
El pueblo judío en particular, pero la humanidad en general, está conmemorando -el próximo 27 de enero- los 60 años de la liberación de Auschwitz, una inmunda fábrica de la muerte construida por el propio hombre. Nazis, pero hombres al fin.
La evidencia hallada en Auschwitz -así como los testimonios de los sobrevivientes- demostró que los hombres somos capaces de cometer todo tipo de mal. Pero también sobrevivir a él, en muchos casos sacrificándose por los demás.
De allá para acá, y antes aún, de todo ha sucedido: el genocidio armenio, Hiroshima, Nagasaki, Vietnam, muros y más muros, Nicaragua, las dictaduras latinoamericanas -con sus muertos y desaparecidos-, Kosovo, Afganistán, Chechenia, las dos guerras del Golfo… temas que no son menores como las intifadas, las matanzas de Etiopía, Ruanda, Munich en el ´72; o, sin ir más lejos, la Embajada de Israel, la AMIA, la desnutrición del noroeste argentino, la matanza en el Puente Pueyrredón o la más reciente tragedia ocurrida en la discoteca República Cromañón.
¿Qué diferencia a todas estas víctimas? Habría que preguntarse, mejor, qué tienen en común: la condición humana; muertes a manos de otros hombres; víctimas de ideologías, a veces motores nefastos que movilizan a esos 10.000 que empujan hacia las tinieblas.
Hay otras formas, claro. Como que el 10% de la población más rica de Argentina recibe 26,3 veces más que el 10% más pobre, o que producimos alimentos para 250.000.000 de personas, pero casi la mitad de la población del país carece de los alimentos básicos para subsistir.
El 2005 amanece entre las mismas luces y tinieblas que se repiten en escenas de muerte y angustia cotidiana en todas partes del mundo. El hombre a manos del hombre -el más feroz de los cazadores de seres de su propia especie- hasta hace pocos días, como en la tragedia de Cromañón, el desequilibrio ecológico que -seguramente- provocara el también reciente desastre ecológico y de vidas a través del Tsunami.
No es un buen inicio de año y, francamente, habrán pocos motivos de festejo mientras el reclamo de justicia y reflexión, acerca de qué clase de mundo estamos dejando a nuestros hijos, siga estando presente ante tanta emergencia.

Condolencias por la tragedia de República Cromañón

Al momento de cierre de esta edición, la tragedia ocurrida en la discoteca República Cromañón, ya se cargaba 188 víctimas fatales y otras 140 personas permanecían en estado crítico de las más de 700 heridas que aún permanecen internados.
Entre los fallecidos, al momento, hay 3 jóvenes integrantes de la comunidad judía. Ellos son: Leandro Schpak, Carol Becker y Pablo Katz.
Entre los heridos se encuentran: Isaac Gellman, Francisco Sokolowicz, David Filkestein, Verónica Krempasky, Ariel Malenosky, Agustina Ruzycky, Pedro Schwarz y Martín Setiemberg.
Los que hacemos Nueva Sión expresamos nuestras condolencias a las familias de los primeros y los mejores deseos de pronta recuperación a los heridos.